Las alianzas políticas se han desvirtuado en nuestro país.
En todas partes, las alianzas buscan crear un gobierno fuerte para impulsar un programa de gobierno. En nuestro país son o un parapeto para que no le cuenten los votos a los partidos pequeños, o una forma de obtener empleos en el gobierno. Como se puede fácilmente apreciar, ambas razones son moralmente inaceptables.
En el caso actual, el Gobierno quiere una amplia alianza para lograr una votación récord, pretendiendo ignorar el carácter especial de estas elecciones en las cuales el problema no se va a producir arriba sino abajo, en las candidaturas menores, único redil donde pueden sobrevivir los candidatos locales. La otra razón de la amplia alianza es dar la impresión de un gobierno de unidad que solo se produciría si el acuerdo político es el resultado de un plan de gobierno discutido abiertamente y con la participación real de todos los socios en la alianza.
Por lo que hemos visto hasta ahora, el socio dominante, el Partido de la Liberación Dominicana, solo dará migajas a los partidos aliados.
Y no podría ser de otro modo por el carácter abarcador -iba a decir totalitario- del PLD que colocado en el Olimpo de los votantes ve muy pequeños a los demás.
Un poco de pudor político lo obliga a conservar con ellos, pero sin ofrecer más nada que migajas.
Como se ve, la moral de este reparto es totalmente espúrea y por eso nos va a costar mucho en todos los órdenes.
Adriano Miguel Tejada
atejada[@]diariolibre.com
AM
Diario Libre
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