En diferentes tertulias sostenidas con algunos de mis amigos de Gualey, Los Ríos, Villa Consuelo y la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), he manifestado que el gobierno del presidente Danilo Medina habla mentiras e invierte altas sumas de dinero para manipular encuestas.
La mentira y manipulación tienen el fin de hacer creer una cosa irreal a la población dominicana sobre el rumbo que lleva el país.
Por doquier, el ciudadano está más que consciente de que la situación económica, la inseguridad y la corrupción que campea hoy día -necesariamente- habrán de conducir a un inevitable desplazamiento del Partido de la Liberación Dominicana. Desde que llegaron a la Presidencia de la República, Danilo Medina y su equipo, se dieron a la tarea de pagar para dirigir la percepción de la población nacional y promover su reelección.
No les ha importado a qué método recurrir porque saben perfectamente su real debilidad electoral.
Quienes están día a día en los diferentes lugares del Distrito Nacional, para poner un ejemplo, saben a ciencia cierta que un altísimo por ciento de sus moradores no cree en la propaganda gubernamental porque es mentirosa y esconde la verdadera situación por la que atraviesan las diversas capas sociales.
Profesionales, estudiantes, comerciantes, amas de casas y personas desempleadas, los ricos y los pobres, saben que eso es así
Dos amigos de Los Ríos y Villa Consuelo estimaban que el primer mandatario de la nación no tiene los números a su favor para derrotar a la oposición, independientemente de la millonaria campaña publicitaria que desarrolla. Esos relacionados estiman que -si fueran verdaderas esas encuestas- Medina no tendría que buscar el apoyo de organizaciones diferentes al PLD y transarse con sus enemigos internos.
Por cuestiones simples, nadie que tiene seguro un 70 por ciento de la preferencia del voto, concede tantos cargos de diputaciones, senadurías, alcaldías y puestos en el tren gubernamental.
Quien se dice privilegiado por el voto popular, nunca acciona contra los cimientos de la democracia.
El promedio de votantes que arrojan esas encuestas amañadas sólo existe en las facturas y mentes de quienes se nutren del chantaje y la mentira.
Nada más hay que analizar las protestas que -cada semana- se verifican en los diferentes pueblos y barrios del Distrito Nacional.
Asimismo, hay que ver la incapacidad del gobierno para resolver los múltiples problemas que caracterizan a las instituciones públicas, las cuales son incapaces de brindar un buen servicio a la población necesitada. Si se analiza con objetividad, todos sabemos (incluyendo a los seguidores del presidente Medina) que existe un gran clamor popular exigiendo un cambio de gobierno.
Domingo Batista
El Nacional
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