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lunes, 5 de octubre de 2015

Antes de que el pánico no resista más pánico


Alguien debe hacer algo
Son muy pocos los dominicanos que no han sido objeto de un delito delincuencial en nuestro país o que no conozcan a alguien que lo haya sido.

No hay un día en la vida de este país que no se registre un delito de cualquier naturaleza delictiva. No hay espacio confiable para nadie en nuestro país. No existe un lugar exento de este cáncer social. No basta con vivir enrejados. No basta con ponerle alarma a los vehículos.

No basta con pagar vigilancia privada. No basta con “andar chivos”. No basta con que se dupliquen los policías que cuidan las calles ni que se les equipe mejor. No basta con que se monten los “operativos” en las avenidas y que a cualquier hora se detengan a los ciudadanos para preguntarles “si llevan armas”. Al parecer nada es suficiente para detener esta hemorragia delictiva que desafía y acorrala a nuestra colectividad.

Al parecer, nada detiene el auge de la delincuencia en nuestro país.

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Quién es el responsable de que esto se detenga o de buscar las formas de contrarestar esta terrible situación? ¿A quién tenemos que quejárnosle? ¿Qué cosa deberá pasar para que a esto se le ponga algún tipo de control? ¿Hasta dónde debe llegar la situación para que haya alguna acción esperanzadora y de aliento? Las encuestas señalan que este tema es prioritario. La población está al borde del paroxismo conductual por la inquietud que genera la inseguridad.

No hay paz en los hogares de todos los dominicanos.

Nadie está seguro en nuestro país. No hay horarios ni lugares confiables.

Antes de que nos liquiden la esperanza; antes de que nos prohíban salir a la calle; antes de que el pánico no resista más pánico y todos terminemos en el psiquiátrico, alguien debe hacer algo.


Heddel Cordero
Listín Diario

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