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martes, 22 de diciembre de 2015

Vividores del tesoro público

La bancarrota del PRM
La reciente alianza del PRM con el PRSC corona una tendencia del primero a reproducir a su interior todos los vicios de la política dominicana. Primero fue sacando del baúl de los recuerdos a una serie de personajes propios de lo peor del perredeísmo tradicional. Luego recogiendo cuanto tránsfuga llegó a sus orillas, entre ellos una serie de personas que habían militado por lustros en el PLD y que descubrieron que el partido era un estercolero el mismo día en que perdieron una competencia interna. Y Finalmente esto: una alianza firme con el PRSC a cambio de una cantidad de puestos electivos con los que el partido de Balaguer nunca habría soñado.

Con estas maniobras se cancela la posibilidad de forjar desde el PRM un proyecto progresista de nación que tanta falta nos hace. Diría que desesperadamente, si queremos sobrevivir como sociedad. Es imposible hacerlo de la mano de una institución que ha sido formada en un permanente baño de lodo y sangre -diría Marx- y que a su pasado represivo y criminal –del que nunca ha renegado- agrega una venalidad absoluta, siempre a la venta, probando suerte aquí y allá, y robando cuanto ha sido posible.

Pero también se cancela la posibilidad -menos gloriosa pero no por ello menos apremiante- de romper la malsana continuidad peledeísta con sus sagas de corrupción y conservadurismo derechista.

Y es así porque el PRM no puede aspirar a derrotar al PLD usando los métodos tradicionales de recurrencias clientelistas. En ese campo el PLD arrasa, pues tiene todo el dinero para comprar, sin grandes apremios, votos, lealtades y activismos. El PRM no puede hacerlo, y el PRSC no contribuirá gran cosa.

La única opción que tenía el PRM para ganar estribaba en presentar a la opinión pública otro proyecto de país –progresista y creíble- y actuar en consonancia con el. Y desde ahí movilizar un voto para el cambio, que no se deje anonadar por la abusiva propaganda electoral pagada con dinero público, ni con las inauguraciones exprés de obras a medio hacer, o por la papeleta de 500 pesos que dan por un voto. Y eso no se consigue con el PRSC de aliado, sino con una voluntad manifiesta y con una forma nueva de hacer la política.

Cualquiera que sea el resultado, el PRSC va a obtener algunos puestos electivos que nunca hubiera ganado por sí mismo. Gastará algún dinero, pero si algo saben los reformistas es como reponerlo. Y finalmente recibirán muchos votos que les permitirán retener una buena posición en la boleta y los fondos de la JCE.

Decididamente los pupilos de Joaquín Balaguer garantizaron seguir haciendo lo único que saben hacer: vivir del tesoro público.  



Haroldo Dilla Alfonso
Solo una idea
7días

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