“Comprobado también con Deloitte que Danilo se va, lo interesante es verlo resolver el dilema de si coge las primeras señales, acata la voluntad popular y empieza a organizar con tiempo la retirada, o si se pone a inventar pataleos que bien pueden catalizar, acelerar, el proceso de su derrumbe, y una mala salida del poder”.
Así terminaba el artículo Danilo se va, su dilema es cómo, que me publicó este diario el 5 de diciembre. Resumíamos entonces que las encuestas hechas por las ediciones digitales de Listín Diario, Hoy, El Caribe y otros medios, al cumplirse tres años de la gestión de Medina, revelaban que su popularidad caía “cuesta abajo en la rodada”.
Exponía también que ese dato quedó confirmado cuando desde el 28 de septiembre al 30 de octubre 2015 la firma Deloitte aplicó su encuesta empresarial en la que encontró que entre el primer y el segundo semestres del pasado año, la aprobación a la gestión Medina se desplomó de un 72 a un 43%. Esa fue la primera confirmación de que Danilo se va.
Ahora Gallup ofrece resultados que reflejan una segunda confirmación de que Danilo se va, cuando informa que entre el 24 y el 27 del recién pasado mes, Danilo tendría un 51.8%, que estaría reflejando también su acentuada tendencia a la baja, tomando en cuenta que en la anterior encuesta de esa firma tenía 62.6 por ciento, por lo que bajó 10.8%.
En cambio, Luis Abinader, que había recibido un 17.4 por ciento en la Gallup anterior, ahora alcanza un 35.7 por ciento, aumentando su apoyo en más de un 100%, siempre conforme esa firma encuestadora.
Según dicen los expertos en la materia, en el análisis de preferencias “tendencia mata número”, lo cual quiere decir que por encima de los números que pudiera tener un candidato en un momento dado, no importa cuáles sean, más importante es aún la tendencia ascendente o descendente que pudiera estar registrando al paso del tiempo.
Un ejemplo bien claro de esa sentencia es la popularidad del presidente Medina, quien conforme la citada encuesta empresarial en el primer semestre del pasado año registró una aceptación bien alta, de un 72%, pero ya a final del semestre siguiente había caído a un 43%.
Si las tendencias prevalecientes hasta el momento mantienen la velocidad crucero de los últimos meses, y a ese ritmo se proyectan hasta mayo, el candidato del PRM y aliados ganará las elecciones en primera vuelta con un 46.6% contra un 44%*.
Pero hay muchas señales de que el continuismo está cayendo en una situación de desesperación que lo llevará a cometer serios errores, que van a acelerar y hacer más abrupta la caída registrada hasta ahora en la popularidad de Danilo.
Con la posibilidad, incluso, de que a final de marzo pudiera caer más bajo del 40%, y su apoyo baje al rango de treinta y pico, por donde anda el voto duro del PLD, ahora afectado, dice Gallup, porque hasta un 15.1% de peledeístas informan que prefieren un cambio de partido político en el poder.
Los errores ya empezaron a producirse. Que del discurso del domingo de Danilo lo que pudieran sacar en claro los titulistas de los diarios es que el presidente hará ¡una revolución ética!, ya reporta que el mandatario y sus estrategas perdieron la perspectiva de la realidad.
Un segundo y no menos grave error fue que desde el lunes inundaron la TV y las redes sociales con un spot sobre la proclamación de Danilo en el que fue excluida la imagen de Leonel Fernández pese a que hicieron enormes presiones directas y mediáticas, para que acudiera a la actividad.
Otro grave error, y van tres casi consecutivos en menos de 4 días, fue que el lunes en la tarde los ministros de Interior y Policía, de Turismo, de Economía, el incumbente de la Dirección de Información, Análisis y Programación Estratégica de la Presidencia, acompañados del senador por el DN, convocaran a la prensa para meterle presión a Rafael Acevedo, demandándole públicamente que le pongan al candidato-presidente y a Luis Abinader unos números que no son los de su encuesta Gallup.
Esperemos a verlas, que vienen cosas veredes, amigo Sancho, diría el hidalgo caballero en alguna parada de su alucinante, pero no menos aleccionadora, cabalgata.
Domingo Marte
Periodista
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