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miércoles, 16 de marzo de 2016

El trasero perfecto


Yo también he buscado por años el trasero perfecto
Soy un quema nucas
Hoy me ha sucedido un hecho sin precedentes, en la prensa criolla acostumbro a poner énfasis en la gastronomía, las nuevas tendencia de la cocina nacional e internacional y la música. Cuestión de gustos.

Sin embargo, leyendo el interesante diario elCaribe me topo con un llamativo titular: "En busca del trasero perfecto". ¡Oh Dios!, se me fue la electricidad en el momento en que hice clic para entrar al artículo y no volvió hasta dos horas y medias más tarde.



Me dispuse a hacer memoria y llegué a la conclusión de que siempre he sido un admirador de las bajas espaldas femeninas. Estoy consciente y lo admito, siempre busqué por años que una compañera tuviera el trasero perfecto y no pude hallarla. No es ningún pecado, mala suerte mía.

Cuando una mujer "se viene" hacia ti, puedes ver una atractiva cara que se te acerca, un arreglado pelo, unos labios deseables y una sonrisa pícara. Todo esto agregado a unos bumbers delanteros que pueden ser o no a tu gusto personal, pero al fin y al cabo son bumpers. Cuando una mujer "se va", tienes muy poco, casi nada, solo dos opciones, ver el alto de sus tacones (para eso están las vitrinas de las tiendas de calzados) o esa figura geométrica que se dibuja sobre la tela tan solo para verla; y que destaca la figura femenina en todo su esplendor.

A la gran mayoría de los hombres nos gusta observar a las mujeres "cuando se van", más nada, solo eso, verlas "cuando se van".  Según los teóricos modernos de la conducta femenina cuando los varones hacemos esto les quemamos la nuca a las féminas.

No pude leer el trabajo de Pandora, pero me temo que en realidad soy un quema nucas.

¡Dios mío, perdóname!



Marihal / Desde La República Dominicana

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