Desde hace una semana debemos 220 millones de dólares más. La capacidad de endeudamiento de un país no es ilimitada. Ni siquiera es muy sensato rozar el límite cuando se producen pesos y se paga en dólares. Pero para el PLD, y esto es extensivo a los legisladores de todos los partidos que aprueban los préstamos, parece que no hay límite.
Los 50 millones de dólares que se aprobaron el pasado 13 de octubre para el Pacto Educativo mueven a la inquietud. Debemos 50 millones de dólares más, cuando estamos destinando el 4% del PIB (no del presupuesto como creen algunos) al sector. De hecho, se llegó a decir que el Ministerio de Educación no tendría capacidad de gestionar y gastar tanto dinero... Votaron en contra del préstamo el PRSD, el PRM y el Frente Amplio. El PRD votó a favor porque, según explicó su portavoz, habían luchado a favor del 4%. (La lógica de este argumento descoloca a cualquiera).
Pedimos prestado para pagar deudas y si no las tenemos las creamos para poder pedir prestado. Creamos empleo público improductivo y pedimos dinero prestado para pagarlo. ¿Cuál es el plan? ¿Hasta dónde prevé el gobierno endeudarse? ¿Cómo vamos a pagar? ¿Somos capaces de generar más dólares? ¿Cómo, quién?
Puerto Rico está aquí cerquita y si miramos al otro lado del Canal de la Mona, deberíamos aprender unas cuantas lecciones sobre cómo arruina la deuda descontrolada el presente y el futuro de una sociedad. La lección principal la sabe desde hace mucho tiempo el refranero, ese viejo compendio de sabiduría popular:
No hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague.
Ines Aizpún
IAizpun[@]diariolibre.com
Diario Libre
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