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miércoles, 15 de marzo de 2017

El régimen se tambalea y se agudiza la crisis de gobernabilidad


Esto no se detiene con bocinas…
Bocinas, es el nombre que se le ha dado al ejército de periodistas/sicarios pagados para amplificar y magnificar determinadas acciones u obras del actual gobierno que, como especie de caballos de Troya, medran o accionan en los medios escritos, televisivos y radiales, básicamente. Sin embargo, la amplitud del entramado de corrupción e impunidad creado por este gobierno para sostenerse, ha determinado que algunos altos ejecutivos y miembros de los medios más importantes hayan tomado una posición de cuestionamiento y hasta de condena a ese entramado, lo cual es otra demostración de la profundidad y vastedad del descontento que ese expande en esta sociedad y del hondo calado de la crisis de gobernabilidad por la que atraviesa el régimen.

Es bastante difundida la expresión de que la prensa dominicana se ha vendido a este gobierno, pero esta es una generalización que no hace justicia al sostenido combate de importantes sectores de esa prensa contra este y otros gobiernos, exigiendo transparencia y manejo decente de la cosa pública. No todos han vendido sus plumas o sus voces, algunos no han llegado al activismo militante de otros, pero sí han ejercido su profesión con decoro; al igual que no pocos de aquellos que de una u otra manera ocupan una función en la administración del Estado. En ese sentido, vale destacar que la dolosa y costosa presencia del gobierno en la prensa, a través de la cual en gran medida ha organizado su consenso o hegemonía, tiende a fracturarse.

No es por casualidad que esos sectores de la prensa hayan tomado una posición de distancia o combate a los escándalos y al entramado de corrupción e impunidad construido por gran parte de la clase política del país. En momentos de profundas crisis políticas y morales de las sociedades, cuando los gobiernos se tornan avasallantes y depredadores de los bienes públicos, como el que actualmente nos desgobierna, la prensa tiende a ponerse en primera fila, junto a quienes combatimos ese tipo de gobierno. A pesar de nuestra insularidad, muchos periodistas tienden a ponerse a tono con el papel que juega la prensa en diversos países frente a determinados escándalos que hipotecan el futuro de las naciones, como son los sobornos de Odebrecht, las sobrevaluaciones de Punta Catalina, entre otros.

La prensa a nivel mundial ha jugado un papel esencial en las luchas contra los excesos de poder, recordemos los casos de Watergate, el Apartheid, los crímenes de estado durante los 12 años de Balaguer, etc. Los últimos casos de corrupción son ejemplos de esos excesos del poder que determinan que la prensa responsable, ora por conciencia, ora por instinto, tienda a coincidir con las luchas contra esos excesos, expresadas en el movimiento contra la corrupción e impunidad iniciado el 22 de enero pasado, continuado con el Libro Verde en febrero, la gran marcha realizada en Puerto Plata y con la del próximo 26 de marzo en Santiago. Algunas posiciones de esa prensa indican que de la coincidencia podrían pasar a un más acentuado involucramiento compromiso.

Y es que la profundidad de crisis de gobernabilidad por la que atraviesa el presente gobierno no se detiene con bocinas.


César Pérez
Hoy

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