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miércoles, 14 de junio de 2017

Aclararlo TODO


Temo: enlodado en el lodazal
Ante el juez, defendiéndose de la acusación de haber sido uno de los favorecidos de los sobornos de la Odebrecht, Temístocles Montas dijo que junto a Leonel Fernández y Danilo Medina fue el artífice para llevar el PLD al poder, citó sus iniciativas que a su juicio constituyen la base en que descansa los logros de los gobiernos de ese partido, concluyendo, que “no esperaba que se me enlodara como se me ha enlodado”. Decepcionado, deja entrever que el lodo que le han tirado encima viene del grupo del presidente que contribuyó a reelegir: Danilo Medina, quien, sacrificándolo como chivo expiatorio trata de salvar un gobierno y un partido que sumergidos en el lodazal de la corrupción y la impunidad han situado esta sociedad al borde de la ruina moral, política e institucional.

Temo, como se le llama, admite que recibió dinero de Odebrecht para las campañas presidenciales del PLD 2008, 2012 y 16 y si hace honor a sus palabras de que él es el más interesado en que se aclare el escándalo de los sobornos tiene que decir en qué momento recibió el mandato de su partido para recibir ese dinero, quién o quiénes le dieron ese mandato, a quién o quiénes se lo entregó, en cuales condiciones los recibió de parte de esa empresa. Recordemos que Medina admitió que se involucró en las negociaciones con Odebrecht para el proyecto Punta Catalina, logrando que esta disminuyera sus pretensiones económicas, por lo tanto, debe investigarse la relación que pudo haber tenido ese involucramiento con el dinero que dice Temo recibió de esa empresa.

El financiamiento a las campañas del PLD de parte de Odebrecht, junto al otorgamiento a ésta del contrato de Punta Catalina y sus sobrevaluaciones, constituyen los elementos más relevantes del escándalo de los sobornos y para su esclarecimiento, la admisión de Temo de que recibió dinero de esa empresa para esas campañas es fundamental. Por eso guarda prisión justa o injustamente, y como los demás prisioneros, su prisión lanza a toda su familia al escarnio público; pasa por la tragedia de ver cómo su carrera política llega prácticamente al final, a pesar de que de los mosqueteros que llevaron al poder al PLD él es quien tiene mejor formación profesional para la gestión pública.

En su tiempo, fue el más sistemático y enjundioso polemista contra los adversarios de los gobiernos del PLD, ahora está ante una ineludible polémica intrapartidaria en la que deberá aclarar el papel de Danilo, Leonel y de todos aquellos involucrados en los sobornos, en el lodazal que lo ha enlodado. Seguro que es consciente de que las sobrevaluaciones de Punta Catalina, las nominillas partidarias, los Tucano, la SunLand, las ventas del barrio Los Tres Brazos y de las tierras del CEA, entre otras, son parte del lodazal en que han discurrido los gobiernos del PLD y resultados del vergonzoso Frente “Patriótico”, del que fue uno de sus artífices y que “relanzó” ese partido, llevándolo a ese poder que hoy inmisericordemente lo envía a una cárcel de su lar natal.

Temo, luego de su vibrante discurso ante el juez, de su declaración de que si hay alguien interesado en que el tema de Odebrecht se lleve hasta las últimas consecuencias es él, luego de su desafiante expresión de que “aquí hay que matarme” está obligado a dar lo que puede ser su última batalla al interior de su partido: defenderse de los serios agravios a que ha sido sometido, tanto por el actual grupo en el poder, como por el anterior, de cuyos ascensos a la presidencia él fue pieza fundamental. La lógica de la lucha de facciones es despiadada, es una maquina de destruir posiciones y personas, quien se somete a ella debe saber que en determinados momentos debe tener el coraje de defender sus posiciones y, sobre todo, su persona. Mientras menos democrático es un partido o cualquier colectivo, más cruentos son los ajustes de cuenta, mayor es la inobservancia de valores fundamentales de las personas y del propio colectivo. De eso, el PLD está dando ejemplos.

Es la realidad que vive actualmente Temo Montás, que se ha declarado culpable de un delito: el de aceptar dinero ilegal para las campañas de su colectividad política, por eso debe pagar un precio, pero no solo él sino sus directos beneficiarios. Él tiene el atenuante de que su delito fue hecho a nombre de la causa de ese colectivo, una justicia verdadera establecería los alcances de ese atenuante, pero debe aclarar a la sociedad las circunstancias en que cometió ese delito, el cual él no lo acepta como tal, sino simplemente como una reiteración de un uso y costumbre propios del sistema político dominicano. Ahí se equivoca, esta sociedad ha dicho basta a esos usos y costumbres porque además de injustos son inmorales.

En tal sentido, la vertiente del atenuante moral tendrá sus alcances dependiendo de que aclare las condiciones en que recibió el dinero para las campañas, pero aclarando TODO, todos los vericuetos del lodazal, como  la única carta que tiene para salvar la honra de parte de su familia y de todos sus descendientes, además de la estima de muchos dentro y fuera del país.


César Pérez
Hoy

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