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jueves, 6 de mayo de 2010

Los sociólogos sitiados



Los sociólogos están sitiados por la naturaleza plural, novedosa y vertiginosa de los acontecimientos sociales. Y se puede decir que sienten rencor de la realidad que escapa a sus juicios teóricos, porque el mundo dominicano es cada vez más hostil a la ejecución de un diseño ideal de convivencia. Metáfora perfecta de la decepción, los sociólogos dominicanos ya casi ni interpretan nada de lo que ocurre, como si los cambios tan acelerados tuvieran la desventaja de abrumar la imaginación del científico social.

Y sin embargo, hoy más que nunca la sociedad dominicana vive transformaciones sustanciales. La que está llamada a tener mayores consecuencias en la vida de relación social es la escala económica que han alcanzado los miembros del partido de gobierno, porque ello ha desregulado, privatizado y confinado el poder al ámbito de los mercados. Julito Hazim dijo en la televisión que “el grupo económico más poderoso del país era el Comité Político del PLD”, y esta “reconversión” de un partido político en un grupo económico puede tener significados traumáticos en la vida social. En el sentido en que Max Weber construía los “tipos ideales”, el reto de los sociólogos debería ser estudiar este fenómeno, para comprender un aspecto crucial de la sociedad en que vivimos.

En virtud de ese hecho ya el papel del trabajo en la producción de riquezas ha perdido su importancia. Cualquier funcionario puede obtener pingües dividendos en las comisiones que se derivan de un contrato. Un asistente presidencial puede acumular sumas millonarios con tan sólo una exoneración de granos. Las empresas constructoras internacionales pueden convertir en Bill Gates tropical a cualquier ministro. Y no hay que decir de los administradores que arman sus empresas fantasmas para auto asignarse compras y disponer de grandes sumas. Lo cierto es que la corrupción es endémica en la sociedad dominicana, y no es atributo exclusivo de los gobiernos del PLD; pero la acumulación originaria de los peledeístas ha alcanzado el prototipo del éxito empresarial, y los ha convertido en “tipos ideales” de un grupo que prospera en medio de la desarticulación. Incluso, atendiendo a lo que Julito Hazim expresaba, son competidores desleales del aparato productivo tradicional. ¿Acaso no están, desde el poder, en el negocio del gas, en el turismo, en la importación de granos, en los seguros, en la importación de productos farmacéuticos, en la construcción, en la banca, etc?

Los sociólogos deberían desentrañar la amenaza que podría suponer la transformación real de un grupo político en el grupo económico más poderoso del país. Estas son nuevas categorías, centradas en la posesión del dinero proveniente de la corrupción. Hoy más que nunca la política es fuente de enriquecimiento, y si es cierto que también lo fue en el pasado, ahora la riqueza individual es su móvil perpetuo, y es lo que decreta la desaparición de los proyectos sociales, y el bien común como norte de las acciones políticas.
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http://desdelarepublicadominicana.blogspot.com/2010/04/los-insaciables.html
Andrés L. Mateo

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