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jueves, 16 de diciembre de 2010

Ese ejercicio de funambulismo agota a cualquiera

Barack Obama y Leonel Fernández.
Leonel Fernández y José Luis Rodríguez Zapatero.

Antes del Meridiano

Un día de éstos a Leonel Fernández le va a pasar lo mismo que le ocurrió en septiembre a Barack Obama. Velma Hart, una mujer de clase media, se plantó frente a su presidente y le espetó: "Francamente, estoy exhausta de defenderlo".

No es difícil imaginar a alguno de esos funcionarios que ya pasean cara de preocupación y ojeras de cansancio diciendo: "Presidente Fernández, estamos hastiados de cumbres y seminarios. Agotados de tanto concertar y dialogar. Exprimidos por las acusaciones de corrupción. Exhaustos de defender que somos la opción de progreso". Y al más atrevido: "Si tengo que decir una vez más "E' pa' lante que vamos" me paso al PRD". 

Porque ése es el punto: la distancia entre la palabra y el hecho, entre la teoría y la práctica, entre la idea y la acción. Ese ejercicio de funambulismo agota a cualquiera.

A la clase media dominicana, la única clase social indispensable para garantizar el crecimiento homogéneo de un país, le ocurre lo mismo que a ese hipotético funcionario. Está exhausta. De defender a su Presidente. De sostener a su Presidente, de perdonar a su Presidente. De esperar a su Presidente. De los amigos de su Presidente. 

Pero no todo son malas noticias, que estamos en época de alegría. Si Fernández está como Obama, está bien. Podría irle peor. Zapatero tiene a un país entero esperando que termine su mandato. Ni en su casa quieren que se reelija, algo que ni Obama ni Fernández experimentarán.

Inés Aizpún
AM

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