Un estado hipertrofiado y costoso
El Estado nuestro es un gran “Ogro Filantrópico”. Un Estado que se ha venido configurando bajo el aura de una enorme fragmentación, cuyos eslabones burocráticos son un laberinto que no genera una cadena de valor para los receptores que somos los ciudadanos. Es un Estado costoso, ineficiente e ineficaz.
En gran medida este Estado hipertrofiado, caracterizado en los últimos 16 años con un soporte clientelar – neopatrimonialista como nunca antes, es lo que ha venido tejiendo cada cierto tiempo los desajustes y desequilibrios en la economía dominicana. Es ese mismo Estado que nos hace menos competitivos y que nos coloca frente a todos los estudios internacionales en escalones muy inferiores a otros países, con economías similares y hasta más pequeñas.
La construcción del Estado nuestro, en el que se han realizado múltiples reformas estructurales (en la plataforma normativa, jurídica), que no han devenido en cambios sustanciales en los problemas estructurales; como consecuencia de la forma de hacer política y de la visión cortoplacista y la concepción con que esa clase política mira y ausculta el Estado.
El Capital Institucional (Capacidad Regulatoria del Estado; Eficiencia del Estado; Imperio de la Ley y la problemática de la Corrupción); no han sido abordados en su verdadera dimensión por los actores estratégicos de la sociedad y mucho menos por las elite política y empresarial.
Ese debilitamiento del Capital Institucional, lo cual expresa nuestra debilidad y fragilidad institucional, es lo que nos lleva y pauta en los niveles en que nos encontramos en el Foro Económico Global 2012-2013, con respecto a la Corrupción y a sus principales indicadores: 144 ¡Asombra!, de 144 países somos el 144 en Despilfarro en el gasto gubernamental; en Favoritismo de los funcionarios del gobierno el 144; en Desvío de los Fondos Públicos el 142. Si añadimos lo que tiene que ver con el Capital Humano, entenderemos del porqué una sociedad que crece económicamente, no alcanza el debido desarrollo, el necesario progreso.
En Calidad de la Educación Primaria obtuvimos una puntuación de 143, de 144. En Ciencias y Matemáticas 142, de 144 y Calidad de todo el Sistema Educativo 137 de 144 países. Si correlacionamos la variable Alcance del dominio MERCADO (la capacidad de imponer las condiciones del intercambio en un grado apreciable de competidores y consumidores) que estamos en 139 de 144, con los principales problemas para hacer NEGOCIOS: Corrupción, Impuesto, Burocracia; Educación y Financiamiento; Crimen y Robos. Es obvio, que estamos en presencia de una ausencia o de precarias políticas públicas desde el Estado, para manejar y mejorar los problemas sistémicos-institucionales que nos arropan y no nos permiten emerger con un mejor protagonismo para el conjunto de la sociedad.
Dondequiera que miremos, somos testigos del precio que estamos pagando como sociedad por tener un Estado hipertrofiado, que no hacen mejorar las nuevas competencias que están en el mundo. Se requiere de una tarea titánica para repensar este Estado, que no es otra que realizar una enorme restructuración; un reajuste, una mejor redefinición y reposicionamiento del mismo; para que más que agente atrofiador, se convierta en un ente coadyuvador de mejores prácticas y eficacidad.
La tarea es desechar viejos paradigmas, esos modelos mentales que han dado éxitos electorales pero que postergan, anquilosan y destruyen el ala creadora e innovadora que amerita la sociedad de hoy. Se precisa de mejores conciertos que aglutinen a todos los actores, para en medio de la turbulencia financiera, económica, empresarial y social; podamos bosquejar verdaderos pactos que nos lleven a reflotar con mayores éxitos.
No podemos seguir postergando este Estado hipertrofiado hasta el ad infinitum. Se requiere romper con esta cultura de la autocomplacencia, que atraviesa necesariamente por una mayor creatividad, mayor innovación y una mejor audacia; para lograr más con menos; más calidad, menos inercia y conservadurismo; que nos haga meditar justamente, dónde estamos y a dónde queremos llegar y qué tenemos que pagar cada quien para ser posible una mejor sociedad.
¡No vivimos en un mundo estático y lineal; el comprender las cosas no nos lleva necesariamente por el camino de imponer orden sobre ellas y mucho menos de creernos que estamos a salvos por la jerarquía de nuestras posiciones. Urge, una nueva mentalidad más integradora, con una mejor añoranza de la utopía redimida!
Cándido Mercedes
Sociólogo
DESHOJANDO PARADIGMAS
Acento.com.do
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