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viernes, 26 de octubre de 2012

Leonel Fernández debe estar avergonzado



Leonel, mi gran decepción
Tras la desaparición física de Balaguer, Bosch y Peña Gómez, la nación quedo huérfana de grandes líderes. En el PRD, las fuerzas debilitadas; en el PRSC, los militantes, se habían acostumbrados a ser dirigidos y vivir de estar en el poder; del PLD, brotaban rayos de esperanza.

Los entrenaban en escuelitas, para que fueran disciplinados e imponer la justicia social. Un alumno que se destacó fue Leonel Fernández.

Venía de un estrato social muy humilde. Luego vivió como inmigrante en EU.UU. Conocía como padecían, dentro y fuera del país, los desposeídos con aspiraciones. Era inteligente y sabía de las privaciones de los que tenían pocos recursos.

Bosch no tardo en considerarlo “una minita” de talento. Jamás pensó que podía explotar haciéndoles daño a los pobres. Olvidó que, en el fondo, la mina podía estar agrietada, con vacíos por llenar.

Balaguer, si lo captó. Firmó un Pacto Patriótico para llevarlo al poder y demostrar que era cuestión de forma, en el fondo eran iguales.

Leonel gobernó en tres períodos. Hundió más la economía, acentúo las diferencias entre ricos y pobres, dejó un hoyo financiero, deformó individuos e instituciones, aumentó la miseria. Solo el grupito de su entorno se benefició. Actualmente, es el presidente del partido y de la Fundación Global, una millonaria institución que formó en su primer período.

Cuando por primera vez asumió la presidencia de la República, sentí un íntimo contento, un rayo de esperanza de que la sociedad pudiera tener un desarrollo armónico y progresar. Jamás pensé que olvidaría los principios de Bosch y que se acomodaría con los ricos, los tutumpotes.

En lugar de buscar parecido con Bosch, declaró que era un “Balaguer chiquito”. El cambio fue radical. Allá llegaron como abejas al panal, los que solo saben vivir de estar en el poder.

Se desplomaba la esperanza. Su inteligencia fue para anestesiar los desposeídos, hambrientos y seducir ambiciosos. Comprendí porque Balaguer decía “No somos suizos”. Lo demostró, llevando al poder “ peledeistas honestos”.

En la práctica, cambiaron las metas enarboladas y mantuvieron el mismo método de acción. Los nuevos ricos comiendo el pastel y los pobres, recogiendo las migajas en tarjeritas de solidaridad. ¡Que frustración!

Tenemos mares de antivalores, corrupción, drogas, etc. Todo tiene un precio, se negocia. Tras la desaparición física de Bosch surgió el verdadero Leonel. De ahí que se concentro en megaproyectos no prioritarios, en la macro economía sin que se reflejara en el micro. Olvidó abrir fuentes de trabajo y atender las necesidades de los pobres. Se ocupó de su Fundación Global, viajar, intentar destacarse en el plano internacional, enriquecer su equipo. ¡Un desastre!

Descubrió que “el mal comío' no piensa”. Mantenerlos en esa condición es clave para obtener beneficios personales y poder, además, incentivar medios de comunicación, líderes políticos, justicia, le ayudaban a blindarse.

Sumergió la nación en la peor miseria y crisis financiera que se pueda recordar. Hundió la economía en pro de un grupo y de mantener su partido en el poder. Sigue manipulando, buscando culpables en otra parcela política. Evita rendir cuenta a la población y ser juzgado. Ante la magnitud del daño que ocasionó, luce asustado. Si “por sus frutos os conoceréis”, Leonel, debe estar avergonzado. Ay Leonel, ¡Que frustración! y que asco de país nos ha dejado.

Venecia Joaquín
Z - 101 Digital
http://www.z101digital.com/app/article.aspx?id=78929
Dibujo: Wilson Morfe / Hoy Digital.com.do

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