Salga a buscar empleos, busque en la prensa o en la Internet. Puestos para guachimanes, meseras, camareros, telefonistas en un call center (debe ser bilingüe), lavadoras de cabezas en salones de belleza, delivery de colmadones, secretarias, vendedores rancheros o vendedores con vehículo propio en buen estado (un automóvil que cuesta los salarios y comisiones que usted no se va a ganar en los próximos cinco años en ese empleo).
Vaya al supermercado. Una libra de queso decente cuesta 200 pesos, un triste pan 5 pesos. Un plátano verde 16 pesos, una libra de ñame 89 pesos, la cebolla a 69 pesos la libra, lo mismo que el pimiento morrón. Todo esto en un país donde el salario promedio es de 15 mil pesos al mes.
¿Seguro médico? —Buen intento de engañarse uno mismo. Los seguros médicos son una mentira tan grande como las elecciones dominicanas. Nadie tiene seguro médico en este país a menos que pague uno internacional en dólares y se vaya al extranjero a utilizarlo. Es de conocimiento general que todos los médicos cobran un diferencial que supera con creces a lo que cubre el supuesto seguro. Una simple gripe puede costar un salario completo del mes. Una primera visita de exploración al galeno cuesta mil pesos de diferencia, el diferencial para los estudios indicados duplica la cobertura, la segunda visita mil pesos más, en la primera compra de medicinas se agota la asignación anual del "seguro" y si el tratamiento es largo hay que sacar el dinero de los bolsillos. ¿Seguro médico?, eso es una broma, ese es un negocio que le montó el Estado a los grupos financieros y a las clínicas privadas para pagar favores políticos.
Seguridad ciudadana. Los dominicanos vivimos presos en nuestros hogares y en nuestros centros laborales. No hay nada que abundar sobre este tema. El Estado dominicano no puede asegurar la seguridad ni siquiera del Estado mismo. La delincuencia reina en cada rincón de la República Dominicana. Por más que las estadísticas y la percepción de los funcionarios traten de ocultarlo, nadie esta seguro en ningún lugar.
Servicios públicos y otras rarezas. El tránsito es un caos, manejar por calles, avenidas y carreteras es un peligro inminente para los vehículos comprados con tanto esfuerzo y para la integridad física. Caminar por las aceras es un ejercicio de funambulismo por el deterioro que presentan en su mayoría y por la ocupación ilegal que permiten las autoridades municipales. Los costos de los combustibles son un timo a los consumidores, el gobierno se da licencia para robar descaradamente a los ciudadanos, y extiende esta ilegal y fraudulenta práctica a la tarifa eléctrica. Reputados economistas han calculado que los apagones más caros del mundo se encuentran en la patria de Juan Pablo Duarte. Escasez de agua en las tuberías, donde hay tuberías, y de mala calidad....no potable.
Un nación endeudada irresponsablemente. Desde 2004 y luego de 7 reformas fiscales los gobiernos que se han sucedido en el poder han realizado un festival de préstamos internacionales con todo aquel que le dé dinero. Las futuras generaciones tendrán que pagar lo que unos pocos disfrutan en nombre de un supuesto progreso que construyen, que no es más que el robo de esos fondos como se ha demostrado públicamente aunque no existan sentencias de la justicia secuestrada por el poder de un partido.
A ese partido una parte del pueblo y la Junta Central Electoral le asignaron el 62% de los votos sufragados el 15 de mayo de 2016, para gobernarnos 4 años más. Con mayoría abrumadora de senadores, diputados, alcaldes y regidores. Con el Poder Judicial secuestrado, altas cortes, tribunales de justicia, electorales...etc.
Si usted quiere quedarse estos cuatro años viendo a un embustero promocionándose a diario para candidatearse en 2020, es su problema. Si usted piensa seguir siendo espectador de esta comedia donde un grupo mafioso de bandoleros se levantan todas las mañanas a hablarle mentiras a su pueblo, allá usted, yo no, yo me voy a principio de mes con boleto de ida solamente, con mi marido y mis tres hijos; no dejo aquí ni siquiera los recuerdos vividos.
Gladys Montero de Villalona
Santo Domingo, R.D.
¡Nunca había sentido tanta envidia como ahora,cómo quisiera también largarme de esta SELVA!
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