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martes, 31 de marzo de 2015

Apuestan al olvido del 27 de marzo de 2015


El día que Leonel perdió
Aún queda, en la inmensa mayoría de la sociedad dominicana, el sabor amargo de la decisión tomada por el magistrado Alejandro Moscoso Segarra, en relación a la posibilidad de someter a juicio al humilde sastre y dependiente de bodega, ahora devenido en multimillonario contratista del estado y político, Félix Bautista.

Al día de hoy, ningún matemático, economista, actuario, científico, premio nobel o ingeniero de la administración nacional aeronáutica y del espacio (NASA), quienes están a cargo de enviar hombres y maquinas al espacio, ha podido explicar cómo el distinguido senador por la provincia San Juan de la Maguana, puede haber acumulado tan descomunal fortuna de forma legítima.

Pero, según la ley, si fue robando, hay que probárselo, y según el juez, las pruebas ya habían sido ponderadas y no se obtuvieron de la forma correcta.

De nada sirve pues, el rumor público, que en este caso debería ser más determinante por tratarse de una persona que manejó dinero del estado, o lo que es lo mismo, del pueblo, pues con un tecnicismo jurídico, se encuentra la salida perfecta, deshaciendo, entre otras cosas, el refrán de “lo que está a la vista no necesita anteojos”.

Lo curioso de todo esto, es que esta aparente victoria del ala más corrupta y degenerada de la política dominicana, es precisamente, su más desatinado paso al abismo.

Si existía alguna duda, de que previendo ser algún día juzgado, Leonel Fernández y su claque abominable infiltraron el aparato judicial dominicano, para garantizarse impunidad, ya eso ha sido despejado.

No existe en este momento, un solo dominicano que pueda decir que si posee un proceso en los tribunales de la república, recibirá una decisión justa y apegada a la ley.

Con esto no digo que no existan jueces serios, sino que ha quedado demostrado que la justicia posee una profunda infección, y que no hay cabezas seguras sobre hombros.

Si no se ha dado cuenta, usted está a merced de gente capaz de lo que sea.

En el mismo momento en que se leyó la sentencia, sus hijos y sus nietos fueron bombardeados inmisericordemente en sus reservas morales con un mensaje claro y directo: roba y roba mucho que nunca caerás preso.

Mientras la República Dominicana está sumida en la crisis moral más profunda de su historia, mientras los ciudadanos temen cuando salen a las calles porque son asaltados y asesinados, mientras usted cubre, con su propio bolsillo, el hoyo fiscal que estas mismas personas provocaron para no responder ante la ley, a usted que lee, le acaban de decir en su cara: Yo robo y nada me pasa.

Peor aún, esos que le enrostran sus fortunas mal habidas quieren volver a dirigir los destinos del país.

Usted puede hacer que eso no suceda.

Hágalo por usted, por sus hijos y por sus nietos.

No fue por azar que esta sentencia fue evacuada antes de iniciarse Semana Santa; se apuesta al olvido. Utilice el sosiego para reafirmar los valores que nos inculcaron nuestros padres en el hogar, y nuestros maestros en las escuelas.

Que su indignación no desaparezca; ya no cabe espacio para vacilaciones. Analice sus opciones y haga de esto una victoria para la gente decente y de trabajo de nuestra Quisqueya.

Mientras ellos en sus mentes retorcidas celebran, haga usted que ese grupo recuerde el 27 de marzo del 2015, como el día que rebosó la copa, el día que se corrió la tuerca.

El día que Leonel perdió.

Elías Brache
El Día

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