Me duele mi país República Dominicana. Me duele como a otros muchos buenos y valerosos dominicanos.
Dominicanos serios, trabajadores. Hombres y mujeres que pasaron toda su vida laborando honestamente y que hoy no disponen de nada, solo la vergüenza de ser dominicanos.
No poseen patrimonios, escamoteados por la voracidad fiscal de nuestro gobiernos y legisladores, los hurtos de la banca privada que timan impunemente a sus clientes, la competencia desleal de los negocios de los poderosos, la angúrria desmedida de esa misma banca privada activa, y las concesionarias de tarjetas de crédito, la delincuencia organizada y entronizada en el poder, los dejaron en la calle. Sin pensión de retiro, sin seguridad social.
Duele que desde 1961 año en que ajusticiaron al generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina, (que aprovechamos para poner en conocimiento de aquellos que lo ignoran, fue galardonado, honrado, en tres distintas ocasiones por la Santa Iglesia Católica, apostólica y romana, por la Santa Sede, con las siguientes condecoraciones:
Gran cruz de la Orden Hierosolimitana del Santo Sepulcro , Gran cruz de la Orden de San Gregorio Magno, y Orden Piana, en el grado de gran cruz) a la fecha nos han tomado de pendejos haciéndonos promesas que nunca se cumplen. Desde esa fecha tan lejana 48 años atrás, nuestra nación ha sido usada, depredada y engañada por los mismos malhechores, la misma gente, los mismos apellidos, los mismos políticos, los mismos comerciantes de la fe, los mismos policías y militares, y los mismos empresarios y negociantes.
Han edificado una dinastía, se heredan de padres a hijos, de hijos a nietos y para conservar el linaje, la casta, forman familias unos con otros, para mantener el poder de los negocios, de la tierra y sobre todo del dinero. Mas de 9 millones de dominicanos alimentamos y mantenemos llevando vida de realeza a 300 mil privilegiados. Están enquistados en las nóminas gubernamentales, en las grandes empresas subsidiadas y favorecidas privilegiádamente por el estado, en las instituciones policiales y militares, en las poderosas iglesias, en los centros académicos favoritos, en la banca estatal, en la Junta Monetaria, en las cámaras de comercios y en el servicio exterior.
Valiéndose de todas las artimañas habidas y por haber han amasado inmensas fortunas en bancos extranjeros y nativos, propietarios de todo el sistema financiero, el bancario, la industria, la construcción, la producción, el latifundio, las exportaciones, las importaciones y el aparato represivo armado. Canibalizaron todas las empresas nacionalizadas heredadas de la dictadura, se las repartieron, las desguazaron. Construyeron estos imperios evadiendo al fisco, agenciándose las tierras mas productivas, repartiéndose las obras mas suntuosas que suplían raciones del boa inmensas. Desde las ventajas que da el poder se condonan deudas, se las arreglan para que el estado les compre sus devaluadas y quebradas propiedades. Especulando con las monedas extranjeras, sustrayendo la costosa electricidad, fabricando leyes a su medida, comprando jueces, sentencias y hasta desapareciendo de este mundo a sus rivales impunemente, todo esto sin ningún castigo, en un país donde solo impera la ley de dinero.
1961 - 1966
El caos producido por la desaparición de treinta años de férrea dictadura provocó que se desataran ambiciones desmedidas, fueron muchos los saqueos y negocios sucios que se produjeron en este período doloroso para la familia dominicana.
1966 - 1978
El Dr. Joaquín Balaguer gobernó tres períodos consecutivos, doce años de asesinatos, corrupción y abusos. Un gobierno que mal contados creó 300 millonarios.
1978 - 1982
La elección del presidente Antonio Guzmán Fernández trajo esperanzas a los dominicanos. Fue aquí que se inicio la carrera alocada del endeudamiento externo irresponsable. Se tomó un préstamo de 185 MM de dólares a una altísima tasa de interés, que todavía no hemos pagado. Fue el gobierno donde se anunció que en Charco Largo, teníamos petróleo y que a la fecha no se ha extraído ni una sola gota de ese combustible fósil. También se gastaron una millonada nacionalizando una mina de oro que luego hubo que cerrar por no ser rentable.
De este gobierno salieron muchos funcionarios y ministros con fortunas, gente que traicionó la confianza depositada en ellos, que a la postre fueron consecuencia del trágico final del mandatario. Los 40 días de gobierno del Lic. Jacobo Majluta dieron cátedras, clases, maestrías de eficiencia y rapidez, de cómo se traspasan los bienes del estado, de cómo pueden adueñarse del patrimonio nacional, y traspasarlo al privado en tan poco tiempo.
1982 - 1986
Luego vino la odiosa y mal recordada administración del Dr. Salvador Jorge Blanco, en este período llegaron para enriquecerse los que no eran del bando del gobierno anterior. Se crearon fortunas que permanecen hasta el día de hoy. En este gobierno hasta banqueros cambistas se asesinaron para sacarlo de la competencia de negocios de funcionarios gubernamentales. Se mataron cientos de dominicanos que protestaban a raíz de la firma con el Fondo Monetario Internacional. Tan fracasada y corrupta fue la gestión de este gobierno que el pueblo se volcó por la vuelta del funesto Dr. Balaguer, y terminaron llevando al banquillo de los acusados en los tribunales al hasta entonces presidente.
1986 - 1996
Los siguiente 10 años del Dr. Balaguer, aunque con una democracia mas digerible que la anterior, estando ya físicamente discapacitado, se desató un festín de robos, estafas y otros 600 millonarios mas se sumaban para nuestro deshonroso expediente como nación.
1996 - 2000
Con la llegada del Dr. Leonel Fernández y el PLD los autonombrados liberadores de los dominicanos, llegaban también los descamisados, los que además de prepotentes y altaneros tenían mucha hambre y sed de dinero. Nos vinieron con unas teorías rarísimas de capitalizaciones de empresas y de que preferían pagar antes que matar, con el único afán de enriquecerse, de timarnos, como así lo hicieron. Es importante señalar que en este primer cuatrenio del Dr. Fernández y del PLD el narcotráfico, comenzó su carrera ascendente en República Dominicana, hasta llegar a lo que es hoy día. Ante el desastre, ante el fracaso estrepitoso del gobierno peledeísta, el país le dió una nueva oportunidad al desprestigiado PRD.
2000 - 2004
Solo se nos ocurre la palabra ¨calamidad nacional¨, el gobierno del Agrónomo Hipólito Mejía superó todas las barbaridades que los dominicanos habíamos presenciado desde 1961. Aquí hubo de todo. Tráfico de drogas, contrabandos, lobbismos, préstamos, bonos soberanos, robo de terrenos del estado etc.
Justo es reconocer que en este gobierno enfrentó y desbarató a algunos de los miembros de la mafia de la banca privada (no a todos), que hoy están tras las rejas.
2004 - 2009
El Dr. Leonel Fernández Reyna y el PLD son depositarios nuevamente de la confianza del pueblo y triunfan en las elecciones y más luego son reelegidos. Los comentarios sobre estos cinco años se los vamos a dejar a la conciencia de cada uno de los que lean este artículo, es el presente, lo estamos viviendo. Ahora bien, como ciudadano libre, que vivo en un país democrático, donde la constitución me ampara, quiero manifestar mi dolor por todo lo que ha pasado en nuestro país en estos últimos 48 años y lo que sigue pasando, hasta que un día no muy lejano alguien o algunos le pongan punto final a esta horrible e interminable pesadilla.
Me duele que un dominicano después de los 35 años no pueda, que sea prácticamente imposible optar por un empleo, para ganarse honestamente su sustento y el de su familia.
Me duele que el desempleo esté por encima del 25%, no el 15% como pregona el ministro de Trabajo, estas escalofriantes cifras quieren decir que 1 de cada 4 dominicanos aptos para trabajar, no lo están haciendo.
Me duele que el 90% de los dominicanos mayores de 65 años no tengan seguridad social ni pensión de retiro.
Me duele que nuestro país adeude a países extranjeros 20,000 MM de dólares, que nadie sabe quién los usó, dónde están, ni cómo se van a pagar.
Me duele que los que gobiernan condonen deudas adquiridas por empresarios, comerciantes y productores ricos, sin nadie haberlo autorizado, dinero del Estado, por tanto nuestro también.
Me duele que el dinero del Estado se use para subsidiar el pago del gas propano de los militantes de un partido.
Me duele que el dinero del Estado se use para subsidiar el pago de los útiles escolares de los hijos de los militantes de ese mismo partido.
Me duele que el dinero del Estado se use para "barrilitos" de senadores.
Me duele que el dinero del Estado se use para ONG´S de senadores y diputados.
Me duele que el dinero del Estado se use para subsidiar el pago de la luz eléctrica de los militantes de un partido.
Me duele que las obras públicas se den grado a grado, no por concurso como manda la ley, limitándose apenas al reducido e íntimo círculo de 20 ingenieros y/o compañías constructoras de esos mismos ingenieros, como si los otros profesionales de la misma rama no tuvieran derecho a aportar sus conocimiento y sus habilidades.
Me duele que el dinero del Estado se use para pasear, hacer turismo y conocer el mundo, con comitivas enormes que cuestan millones de pesos.
Me duele que el dinero del Estado se use en propaganda oficial para esconder la verdad.
Me duele que el dinero del Estado se use para pagar comunicadores que distorsionan la realidad, francotiradores de la moral de los adversarios, al servicio del poder para mentir y ocultar los hechos reales, las aguerridas, odiadas y petulantes "bocinas" del gobierno.
Me duele que el dinero del Estado se use para comprar los militantes de otros partidos.
Me duele que el dinero del Estado se use para financiar campañas políticas partidistas.
Me duele que el dinero del Estado se le asigne privilegiádamente a iglesias favoritas, que nunca rinden cuentas de los recursos recibidos, mercaderes de la fe que disfrutan como príncipes, viviendo detrás de sus altares que no son mas que tribunas de elocuencia para presionar por sus intereses comerciales.
Me duele que usaran el dinero del Estado para un Metro que nadie pidió, que nadie solicitó, que nadie aprobó, obra que fue proyectada para dar servicio a 200 mil personas diariamente, y que hoy tenemos la triste noticia de que tan solo transporta 15 mil usuarios al día.
Me duele que los hospitales sean pocilgas malolientes, que las medicinas solo estén al alcance de unos pocos privilegiados, que se maltrate y se veje a los galenos, personas que ejercen bajo el juramento hipocrático y se les trata como pordioseros, me duele que obstinadamente se mantengan dirigiendo la frente de la Salud Pública a políticos mitómanos e incompetentes, mofados por sus propios colegas y por el pueblo por su incapacidades profesionales.
Me duele que el sitema de vigilancia epidemiológica haya fracasado, que ocurran tantas muertes por la dejadez y la ignorancia de los responsables de los mismos.
Me duele que las escuelas luzcan como potreros para ganado, con profesores mal preparados, mal pagados y un vergonzoso, venenoso, desayuno gratuito, que solo sirve para enfermar nuestros hijos y enriquecer a unos pocos comerciantes inescrupulosos.
Me duele que me timen, que me engañen semanas tras semanas, robándome mi dinero con los irreales precios de los combustibles y los carburantes, inflando los costos, cargándolos de pesados impuestos, tomando precios de referencias irreales e inventándose excúsas baratas para exprimir los bolsillos del pueblo.
Me duele que empleados del gobierno del área turística, que no disponían ni para un mísero chimichurri en el tarantín mas paupérrimo del malecón, hoy compitan con los magnates y los emporios de los países europeos de tu a tu.
Me duele pagar la energía eléctrica más cara del mundo, siendo esta además la que más brilla por su ausencia.
Me duele que vendieran la mitad de la Refinería Dominicana de Petróleos a un país gobernado por personas poco confiables, personas que no están en su sano juicio, discapacitados mentales, que lo hicieran sin consultar a nadie y como si fuera poco ni siquiera se informara el destino de los ingresos devengados por esta ilegal operación, ya gastados.
Me duele que un ministro de Hacienda, un ministro de planificación y un gobernador del Banco Central exhibieran como si se hubiesen sacado la loto, un acuerdo de préstamo con la banca internacional, deuda que el país tendrá que pagar onerosamente, con todos sus intereses tarde o temprano, sin tener idea nadie de en quése va a invertir toda esa plata.
Me duele que un político iletrado cualquiera, un pelafustán, un leguleyo, un salta pa´atrás, se presuma de sus jeepetas y mansiones con dinero sucio, malhabido, frente a la población honesta, al trabajador responsable, gentes de costumbres y educación, con formación familiar y que esto se permita sin ninguna sanción.
Me duele que indultaran a una banquera condenada por robo, estafa y abuso de confianza, supuestamente enferma, quien sin haber pisado nunca la cárcel se sanó tan pronto la exoneraron. Peor aún fue la amenaza de que habrán mas indultos.
Me duele la desvergüenza
del nepotismo que exhiben los que dirigen la nación, los funcionarios gubernamentales, burlándose de las miserias ajenas, estrujándoles en la cara su poder y descaro al nombrar y emplear familiares, parientes y acólitos en las oficinas y departamentos del estado, mientras hay miles y miles de profesionales y técnicos que no encuentran donde emplearse.
Me duele que un préstamo de 130 MM de dólares se esté pagando, que los pagareses de esa deuda estén abonándose sin haber entrado esos fondos a las arcas del Estado, y peor aún que el poder judicial protegiera a los culpables de la desaparición inexplicable de esa altísima suma de dinero, sepultando toda la fe y la confianza que se había depositado en ese poder del Estado y en esos magistrados.
Me duele que nos impusieran 3 reformas fiscales con el único propósito de vaciarnos los bolsillos, de tener recursos para hacer millonarios a un grupete de malandrines y de tránsfugas.
Me duele que el estado hostigue y castigue a los empresarios emprendedores, que los acose con impuestos, con medidas obsoletas, arcaicas y vengativas que los lleven a la quiebra, solo con el descabellado propósito de desplazar a la competencia.
Me duele que dos negociantes de la alta política se pongan de acuerdo para hacer una Reforma Constitucional a su medida y a sus deseos personales, desnudando sus verdaderas ambiciones decepcionando a un país que los tenían como esperanzas de un mejor mañana.
Me duelen tantas lágrimas derramadas por madres impotentes, que perdieron a sus hijos en intercambios de disparos virtuales con miembros de las fuerzas represivas del estado. Virtuales porque esos intercambios solo estaban en las mentes de quienes hicieron estas acciones y de quienes redactaron esas reseñas de los sucesos.
Me duele que las becas de estudios que países extranjeros donan al país solo beneficien a los hijos de los funcionarios del gobierno y no a estudiantes meritorios de cualquiera de nuestros hijos.
Me duele que prohíban el libre acceso del pueblo a las playas donde los inversionistas privados tienen sus propiedades, cosa única en el mundo, que ahora ya sabemos que los involucrados en el sometimiento y la aprobación de esta ley son socios con inversiones en estos negocios.
Me duele que una madre dominicana tenga que parir un hijo no deseado tan solo porque dos negociantes de la alta política se confabularan con una religión desprestigiada, obsoleta y además cara, muy cara, para imponer su conservadora, inquisitiva y arcaica postura.
Me duele la indiferencia, la hipocresía, la falsedad, la burla, la sorna, la indolencia, la putrefacción, la pus, que mana desde lo más alto de nuestros estamentos, que embarra, enloda e hiere, cual daga en el pecho a mi pisoteada, empobrecida y acongojada patria.
Me duele que los líderes, de los que nos dirigen, sean los decanos de la caverna, los mas destacados fundadores del poder tras las sombras, miembros "ad-vitam" de lo peores intereses que puedan tener nación alguna.
Me duele que el antiguo edificio de la compañía CODETEL de la Abraham Lincoln, lo comprara la Dirección General de Aduanas por la friolera suma de mil millones de pesos, compra ilícitamente hecha sin haber pasado por el Congreso Nacional y que hasta la fecha no esté en la justicia este doloso caso.
Me duele que el director de un banco del estado se autopensionara con un sueldo anual multimillonario y heredable por sus herederos.
Me duele que un partido en sus gobiernos de tan solo 9 años, iguale la deuda externa que habrían tomado durante 145 años todos los otros gobiernos y partidos.
Me duele que en la dirección de Migración hubiese un desfalco descomunal denunciado por la Cámara de Cuentas, y no hay personas sometidas a la justicia.
Me duele que en una ARS de salud militar hubiese un robo multimillonario de los fondos de esa institución y no hay nadie sometido a la justicia.
Me duele que funcionarios comprobadamente corruptos sean nombrados en altos cargos, gobierno tras gobierno, no tan solo dentro del país sino hasta en el servicio diplomático, permitiéndole a esas lacras enlodar nuestros símbolos patrios en escenarios internacionales en los cuales no tenemos una imagen envidiable.
Me duele que la autoridad, los llamados a preservar el orden y nuestros bienes sean autores o co-autores de la mayoría de los actos delictivos comunes de hoy día, no hay sometimiento o acusación donde no esté involucrado un policía, un militar, un ex-policía o un ex-militar, sea del ejercito, la marina, la aviación, control de drogas o el servicio de inteligencia, eso duele y da miedo, aterra.
Me duele que coincidencialmente en las últimas elecciones presidenciales, los tres candidatos de los principales partidos estaban involucrados en hechos reñidos con la ética, la moral y la honestidad, cosa impensable de ver en cualquier país del mundo medianamente civilizado. Eso es inconcebible que alguien pretenda dirigir un país teniendo una serie de acusaciones y expedientes graves, eso es algo insólito.
Me duele que los funcionarios tomen la cocinera prestada, sobre todo si la cocinera la pagan con mi dinero, el dinero de todos, el dinero del Estado y nadie pregunte quién es que tiene la cocinera.
Me duele la impunidad que se muestra ante una horrible realidad, hay más funcionarios públicos corruptos y más traficantes de drogas que banqueros. Sin embargo hay mas banqueros presos que funcionarios públicos corruptos y traficantes de drogas.
Esperamos que quienes se sientan aludidos o dolidos lo soporten estoicamente como nosotros hemos soportado sus actuaciones. Pido excusas si he sido injusto con alguien y justicia para con los que he sido justo. Existen muchas cosas mas que nos duelen, que prometemos en otra entrega mas adelante exponer.
Marihal / Desde La República Dominicana