Ojalá desaparezca el PRD
Si usted revisa los medios que cumplen, de manera eficientísima, con la tarea cada vez mayor de darle tinte de democracia a la dictadura que se consolidó el pasado 20 de mayo, se da cuenta de que desde que Roberto Rosario levantó el brazo a doña Margarita de Fernández (las damas primero, de obligación en este caso) y a Danilo Medina con su primer boletín de la noche empezaron a trabajar, como si cumplieran con un libreto, con dos temas: reconocimiento al civismo del pueblo que acudió a votar y el llamado a trabajar todos por el país, los cuales nos entregaron en sus comentarios de la mañana del lunes 21. Luego lanzaron un tercer tema.
El reconocimiento al pueblo es algo así como una de esas bolitas grasosas con las cuales premian los entrenadores a sus mascotas cuando cumplen una tarea.
Y el llamado al trabajo equivale a un rotundo aquí no ha pasado nada: porque 1) no se compraron cédulas; no se hizo el festival de repartos de electrodomésticos y de un descomunal uso de las tarjetas-sueros de emergencia que posee el gobierno para hidratar a la miseria, reanimarla y mantenerla en condición que le permita arrastrarse hasta la mesa de votación; 2) la policía y la guardia no amedrentaron para que opositores no salieran a votar; y no se sacaron delegados opositores al momento de la redacción de las actas, como lo denunció el síndico banilejo Chacho Landestoy por la Z101 al anochecer del día 20.
El llamado al trabajo significa, además, enterrar sin pena la campaña más sucia de toda la historia, algo que era imprescindible para el éxito de Danilo, como certeramente vaticinó la columna de Buena Tinta, exactamente hace un año, cuando sentenció que Danilo no podía acogerse a una campaña en paz, con el imperio del civismo, “como todo el mundo la quería”, y terminó animándolo a prenderle “fuego a la lata” si quería ganar.
El llamado al trabajo equivale a las primeras paladas para sepultar el hecho de que Leonel Fernández cumplió con creces su vaticinio de que gastaría 40 mil millones de pesos para vestir de vicepresidenta a su esposa doña Margarita y de presidente a Danilo. Lo que se impone ahora, ellos están claros, es que el pueblo acepte sumiso cargar con la próxima reforma fiscal y que el gobierno y su senado retomen su programa de préstamos, algo para lo que no se han hecho esperar, pues después de las votaciones el senado aprobó más de $300 millones de dólares en préstamos, necesarios para que el tridente de la perversidad (presidencia, PLD y prensa) continúe pa’lante con el progreso que le garantiza la dictadura.
EL TERCER TEMA
El otro tema que luego sirvieron al público fue el de los llamados errores cometidos por Hipólito Mejía, detrás de los cuales buscan esconder la realidad de que a la dictaduradel PLD, que es lo mismo que decir Leonel, ya no es posible apearla del poder por la democrática vía del voto.
Estoy seguro de que si el candidato del PRD hubiese sido el doctor Guillermo Moreno, quien debe tener una tasa de rechazo cercana al cero, el resultado de las votaciones hubiese sido el mismo, dado el control que tiene Leonel de todos los estamentos del Estado y, algo más pesado que eso, su dominio casi absoluto de la prensa mediante la cual controla a la opinión pública.
Mire, la prensa, más que el dinero mal habido conseguido en el Estado o el bajo mundo, es lo que le ha permitido a Leonel afincar su dictadura.
Sólo la prensa puede escandalizar y crear pavor con el “error” de Hipólito de decir que un gobierno suyo no pagaría los contratos dolosos del Estado y, al mismo tiempo, silenciar y convertir en “acierto” con ribetes de “virtud” la callada que se dio Danilo ante la denuncia documentada de que él durante años engañó a todo el mundo haciéndose pasar por ingeniero químico.
Sólo la prensa puede convertir en noticia de primera plana, y darle carácter de ofensa exclusiva y gratuita a la mención que hizo Hipólito de los robos de la servidumbre en las casas, algo que, más que tema de conversación cotidiana entre amas de casa, a diario da lugar a investigaciones policiales, normalmente abusivas; a sometimientos judiciales y a despidos sin pagos de prestaciones, al mismo tiempo que obvia referirse a las decenas de denuncias documentadas de la corrupción gubernamental y, algo peor, oculta del debate público a Félix Bautista, la mano derecha de Leonel.
Sólo la prensa puede pasarse años pregonando a los cuatro vientos que el PRD no es fiable para gobernar y, en un ejercicio siniestro de doble moral, abogar por su preservación por considerar a ese partido convenientepara el jueguitoa la democracia que, lamentablemente para el pueblo, continuará vigente si el PRD -ojalá desaparezca- se mantiene como su esperanza para conquistar el poder mediante votos.
No se alarme porque deseo la desaparición del PRD, pues mi deseo se basa en que es imposible en un régimen dictatorial que el pueblo se imponga en las urnas. Recalco que los dictadores sólo abandonan el poder huyéndole a una revuelta o con los pies pa’lante. No veremos a Leonel huyendo mientras exista un pasivo PRD, hablando de elecciones, vía que el propio Leonel le acaba de cerrar por completo.
Si usted no lo cree, le invito a que piense si alguna vez en la historia de las elecciones se había visto a tantos millares de personas de todos los rincones del país mostrar sin miedo su rostro en la televisión para revelar por quien votaría en los cientos de sondeos ganados todos, mucho a poco, por Hipólito. Tampoco se habían realizado encuestas en las que medios independientes, para neutralizar a los sicarios oficiales de la prensa, exigieron para votar en línea el número de cédula y en otros casos controlaron que no se votara más de una vez desde el mismo computador; estas encuestas también las ganó el candidato de la oposición.
Ni hablar de la intensa actividad desarrollada por millares de personas a través de Facebook y las otras redes sociales, en la que siempre se manifestó el deseo de la mayoría de la población de sacar del poder al PLD. Contra todo lo que era evidente, palpable, lo que al final se impuso fue lo que con pelos -felino al fin- y señales anunció Leonel en septiembre pasado que pronosticarían las encuestadoras tradicionales al final de la campaña, todo de acuerdo con la esmerada planificación del trabajo que cumpliría la JCE, de la cual se había eliminado al técnico director de cómputos que no aceptó ser parte de los preparativos que aseguraban, antes de que se echara el primer voto, la victoria de doña Margarita (las damas primero, de obligación en este caso) y Danilo.
Repito: ojalá desaparezca el PRD con su sempiterna vocación democrática, porque ya -ni como ocurrió en el pasado para evitar estallidos sociales- puede esperar que las familias que rigieron el tradicional poder establecido le permitirá mediante elecciones administrar una fracción del poder. El tradicional poder establecido del país está ahora por debajo de la corporación del PLD, liderada de manera firme por Leonel, quien ha alcanzado una jerarquía desde la cual, como dicen en las galleras, no respeta pluma. Me gustaría avalar esto último citando algunos episodios, pero ya esta columna está muy larga y no puedo dejar de pronunciar:
¡Ojalá desaparezca el PRD!, antes de que las agencias judiciales que regentea Leonel lo pongan en las manos de Miguel Vargas Maldonado para que éste y su grupo vivan de la entelequia que recibirán con la holgura que lo han hecho Carlos Morales Troncoso y su séquito con el cadáver del PRSC.
Por hoy, me voy. Que Dios le llene de bendiciones, y se apiade de la República Dominicana.
Rafael Calderón
7dias.com.do
Viñeta: El roto
http://7dias.com.do/app/article.aspx?id=118754