La democracia necesita del partido de la oposición tanto como del partido que, mediante el triunfo en las elecciones, llega al poder. Faltó en este periodo que termina, no puede faltar en el próximo.
Los partidos políticos articulan el sistema que nos hemos dado. Las democracias parlamentarias funcionan en base a la correlación de fuerzas que consiguen representación en el Congreso. La oposición, es pues, tan fundamental para el buen gobierno, como el mismo partido que ejerce el poder.
La oposición es el control, la vigilancia, la defensa del ciudadano ante un partido que, controlando todas las instituciones, puede gobernar sin freno, sin supervisión.
La prensa ejerce su papel, la sociedad civil el suyo. Las universidades, iglesias, academias... el que les corresponde. Pero el papel de la oposición, aún en minoría parlamentaria es de crucial importancia para preservar lo que todavía es sano en nuestro sistema político y enmendar lo que se corrompe. Sin oposición no hay democracia sana.
Editorial Diario Libre
http://www.diariolibre.com/opinion/2012/07/16/i343904_oposicion.html
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