De nuevo la vulnerabilidad de muchas familias ha sido puesta al desnudo. De ello se ha encargado Isaac, una perturbación atmosférica que no necesitó rango de huracán para obligar al desplazamiento de más de 25,000 personas, cuyas viviendas han quedado sumergidas. No está claro si ue la fuerza de los elementos naturales la que provocó tanto estrago, o si fue la vulnerabilidad del hábitat lo que quedó de manifiesto.
No se necesita un David o un Georges, y ni siquiera una tormenta Federico, para poner en peligro a miles de familias que habitan en viviendas semi sumergidas en La Barquita, enclavada en uno de los meandros del río Ozama. Como éste hay habitados muchos lugares vulnerables, en los que cada temporada ciclónica muestra sus fauces la tragedia. El Hoyo de Chulín fue alguna vez uno de los focos más graves de vulnerabilidad. Joaquín Balaguer lo resolvió con una solución urbanística. ¿Cabría hacer algo similar con La Barquita y otros sitios igual de peligrosos?
En los lugares de alto riesgo no debería vivir la gente. Y menos si el Estado los tiene debidamente clasificados. Si el desbordante gasto público que ha inspirado las recientes medidas de austeridad hubiese estado bien orientado, ya no tendríamos preocupaciones de esta naturaleza. El Estado debería sentirse responsable por la suerte de la gente que está en hábitat inhabitable.
Editorial Hoy
Hoy.com.do
http://hoy.com.do/editorial/2012/8/27/443538/Habitat-inhabitable
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