A donde se debería llegar en cinco minutos por los elevados ahora tarda 40 y hasta una hora
Los elevados del Corredor Duarte no han contribuido a solucionar los taponamientos en importantes tramos del Distrito Nacional, como prometieron sus promotores, por el contrario, ahora estas obras prolongan la hilera de vehículos, como se observa en diferentes áreas.
En las horas pico es un infierno transitar por el Corredor Duarte, que comienza a la altura del kilómetro 13 de la Autopista Duarte y que se extiende hasta la autopista de San Isidro.
La situación es grave en algunos puntos, como el Nueve de la autopista Duarte, lo que se agrava con las paradas de carros, autobuses y minibuses, lo que provoca largos taponamientos en ese tramo.
Pero la situación no se queda en ese punto, sino que se traslada hasta la Kennedy con Defilló, y desde este tramo se prolonga hasta el elevado sobre la Abraham Lincoln, donde el tránsito se paraliza por completo.
En este último tramo el tránsito se agrava cuando los conductores tratan de salirse de las vías normales para subir al elevado, lo que provoca un gran embotellamiento, y la ruta -que se hace normalmente en cinco minutos- se tarda entre media o una hora para salir.
Las dificultades en el tránsito se prolongan hasta el elevado sobre las avenidas Lope de Vega y Tiradentes, tanto por encima como por debajo, y continúan en la intersección de la Kennedy con José Ortega y Gasset, produciendo luego un embotellamiento en el cruce con Máximo Gómez.
Si el caos se produce de oeste a este, la situación no se torna diferente de este a oeste.
El problema no es solamente en las llamadas horas pico, es también en las horas normales, como se observa en las fotografías tomadas a partir de las ocho y 30 de la mañana.
El costo.
Para justificar la construcción de los elevados, el exministro de Obras Públicas, Víctor Díaz Rúa, dijo que el corredor “agilizaría el tránsito de unos 800,000 vehículos diarios”. Las obras se extenderían desde la entrada de Los Alcarrizos en el oeste, hasta la intersección de la avenida Charles de Gaulle con la carretera de San Isidro, en Santo Domingo Este.
La construcción de los elevados estuvo a cargo de la firma brasileña Norberto Odebrecht, y la contraparte dominicana empresa Ingeniería Estrella. El ingeniero Hamlet Herman recordó recientemente en un artículo que este corredor Duarte costó 203 millones de dólares, cuando habían programado 163 millones de dólares.
Citó a urbanistas prestigiosos como Eric Dorrejo, Emilio Brea y Cristóbal Valdez, quienes advirtieron que no se habían tomado en cuenta los efectos dañinos provocados por los elevados construidos con anterioridad.
Por ejemplo, elevados como el de la Máximo Gómez, sobre la Nicolás de Ovando, lo que hizo fue trasladar los tapones, ahora la hilera de vehículos se extiende desde la Pedro Livio Cedeño y llega hasta la mitad de esa obra.
Para agilar el tránsito, los agentes de Amet envían los vehículos en vía contraria, sobre todo de norte a sur en horas de la mañana.
Las claves
1. Tapones
Los tapones se multiplican por el centro de Santo Domingo, por lo que el Corredor Duarte y otros elevados no han resuelto el problema del tránsito vehicular.
2. No tomaron en cuenta
En la construcción del Corredor Duarte no se tomó en cuenta el fracaso de otros elevados que no resolvieron el problema, como el que está en la Máximo Gómez, sobre la Nicolás de Ovando.
Juan M. Ramírez
Hoy Digital.com.do
Dibujo: Wilson Morfe
http://hoy.com.do/el-pais/2012/9/18/446945/Elevados-no-resuelven-los-problemas-de-tapones-en-SD
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