Hago patrióticos y fervientes votos porque, por fin, la República Dominicana alcance la inmensa y muy excepcional gloria de que en el próximo cónclave elector cardenalicio uno de sus más célebres hijos, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, sea ungido con el capelo y la tiara papal, en lugar del renunciante Benedicto XVI, por lo que exhorto a toda la feligresía católica de este país a elevar preces porque ese ilustrísimo dominicano sea elevado al trono del Vaticano para que continúe felizmente su obra pastoral, pero ahora con residencia permanente en Roma...en Roma...en Roma... ¡¡¡Síiii!!!...¡En Roma!
Ramón Colombo
FOGARATÉ
elCaribe
http://www.elcaribe.com.do/2013/02/13/santidad-nicolas
Caricatura: Jonás Muvdi
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