El periodista y embajador dominicano en España, César Medina, siempre se sale con la suya. Poco a poco se ha ido convirtiendo en un ganador en todo y contra todos. No solo es amigo como él mismo asegura del presidente Danilo Medina, del expresidente Leonel Fernández, de Miguel Vargas Maldonado, de Federico Antún Batlle, de Carlos Morales Troncoso y de los Vincho´s; también es canchanchán de los ricos y poderosos (así lo expresa) y hasta crea impuestos para la población, para que a sus panas les vaya bien en los negocios. Apenas le tomó 22 meses conseguir que le aprobaran el impuesto a las compras menores de US$200.00 realizadas por Internet, para beneficio de sus amigos Antonio Chaín (Tiendas Anthony´s), Andy Dahuajre (La Novia de Villa), Celso Marranzini (Plaza Central) y un largo etc.
Esta es la columna del embajador del 29 de octubre de 2012, que trajo las consecuencias del anuncio firmado hoy en la prensa (el que aparece más arriba) por el Ministerio de Hacienda y las direcciones generales de Aduanas e Impuestos Internos, donde notifican y reafirman que a partir del 15 de este mes las compras menores de US$200.00 pagarán impuestos. Si usted lee detenidamente, notará que son los mismos argumentos que utilizan el ministro de Hacienda, el director de Aduanas y el director de Impuestos Internos, más que funcionarios parecen subalternos del poderoso diplomático Medina.
FUERA DE CÁMARA
La competencia desleal de las ventas online
César Medina
lobarnechea1@hotmail.com
Nadie en sano juicio puede ir en contra de los avances de la tecnología. Pero las ventas online o importaciones menudas puerta a puerta a través de Internet, constituyen un verdadero quebradero de cabeza para las autoridades y el comercio importador dominicano.
Porque de algún modo-- y aún en el ejercicio más sano del negocio-- se está cometiendo una injusticia contra el comercio formal que paga impuestos y cumple con todas las regulaciones de la ley.
Es cierto. No puede hacerse ninguna operación online que exceda los 200 dólares sin pagar los impuestos correspondientes, pero no hay limitaciones en el número de operaciones que pueda hacer una misma persona. Ni existe discriminación con las mercancías que se comercialicen por esa vía.
Y en cualquier caso constituye una injusticia si se toma en cuenta que por la misma mercancía-- con un precio de tres mil pesos, equivalente a 200 dólares-- un comerciante importador tiene que pagar los impuestos de ley.
Lo que es lo mismo, se pueden comprar algunas mercancías por Internet sin pagar impuestos. Pero el comercio local no puede vender ninguna mercancía, por ningún precio, que no haya pagado impuestos.
Y eso, en cualquier idioma, tiene el mismo nombre: ¡Competencia desleal!
Un procedimiento simple
Las compras por Internet se han masificado... Lo mismo puede ser un vestido, una joya o una prenda personal o bien un producto farmacéutico de distribución no ética que no requiera prescripción médica, como un analgésico, por ejemplo.
El procedimiento es simple: Una persona entra a un portal de ventas por Internet-- Amazon, por ejemplo--, y con su tarjeta de crédito selecciona la mercancía y da la dirección del currier en los Estados Unidos donde debe entregarse, la cual, a su vez, la empaca y envía a su subsidiaria en la República Dominicana y ésta avisa al cliente para su entrega puerta a puerta después de pagar el importe correspondiente.
Una operación simple de esa naturaleza dura normalmente entre cuatro y diez días, dependiendo de cuán diligente pueda ser la subsidiaria del currier en el país para desaduanizar la mercancía con la factura del vendedor. Si su precio no excede los 200 dólares, no se paga arancel y sólo se cubre el costo por el peso y volumen del paquete. Pero si la factura pasa de los 200 dólares, el cliente paga mil pesos y otros cargos aduanales correspondientes al costo y al tipo de mercancía.
El problema es que no existen controles para evitar que la misma persona haga cuantos pedidos desee a través de distintos portales y utilizando más de un currier y que ninguna de esas operaciones exceda los 200 dólares.
Resulta difícil, en consecuencia, evitar que esa laxitud para traer mercancías menudas sea utilizada por algunos vivos para hacer negocios evadiendo los impuestos de importación.
El grito en el cielo
El empresario Antonio Chahín Lama ha puesto el grito en el cielo por la desnaturalización de las ventas online y la competencia desleal que estas operaciones están haciendo al comercio importador.
A propósito del proyecto de reforma fiscal sometido por el Presidente Danilo Medina al Congreso, Chahín considera que es injusto pedirle más sacrificio al comercio formal mientras se toleran injusticias que lesionan los intereses de los importadores que tributan al fisco.
Y cita no sólo las operaciones online, sino también las importaciones de tejidos en pacas o por peso, que constituye otro estilo de evasión.
Chahín es el presidente de una de las cadenas de tiendas de tejidos más emblemática del país y de mayor crecimiento en los últimos 15 años, Tiendas Anthony’s.
Actualmente es la empresa de su género que más tributa al fisco por la transparencia y el volumen de sus operaciones.
Es una empresa familiar operada por un grupo de hermanos, sus cónyuges y sus hijos, que inició sus operaciones por iniciativa de su padre Antonio Chahín, en un pequeño espacio de la Rómulo Betancourt.
Además de la cadena Anthony’s, los hermanos Chahín operan líneas aéreas comerciales, agencias de viajes y otras empresas de gran prestigio.
Toñito Chahín ha destacado que en más de medio siglo de operaciones comerciales, a su familia nunca se le ha vinculado a ninguna irregularidad:
“Por eso podemos exigir justicia...”
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
Fuente: Listín Diario / http://listindiario.com.do/puntos-de-vista/2012/10/29/252945/La-competencia-desleal-de-las-ventas-online
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