El discurso y los decretos
Danilo dijo el discurso, pero los decretos los hizo Leonel
Aclaro, de entrada, que no tengo intenciones de joder. No. Al contrario, deseo, sinceramente, que Danilo Medina pueda hacer aunque sea la mitad de las cosas que prometió durante su discurso de toma de posesión. Si lo hace el país da un salto cualitativo en la ruta hacia el desarrollo.
Ahora bien, tengo la rara sensación de que el discurso lo escribió Danilo con la colaboración de su gente más cercana, pero que los decretos los emitió otra persona, como un mago, sacándolos de la manga sorprendiéndonos a todos.
Dicho de otro modo: Danilo dijo el discurso, pero los decretos los hizo Leonel. De los 27 que lo acompañaran –momentáneamente- sólo diez son nuevos. Y eso marca una correlación de fuerzas tanto dentro del gobierno como en el partido de gobierno.
El discurso, como bien dijo Andrés Bautista, presidente del PRD, tuvo “sus luces y sus sombras”. Y digo yo, sus momentos buenos y malos, sus altas y sus bajas. No podía ser de otro modo.
Más que un discurso de toma de posesión (una cosa es con guitarra y otra con violín), me pareció un discurso de cierre de campaña electoral desde el Palacio del Congreso en la reunión de la Asamblea Nacional.
Creo, eso sí, que Danilo se colocó lejos de Leonel Fernández, enrostrándole, sin decírselo directamente, que sus doce años de gestión fueron un fracaso rotundo, pues todo está por hacerse aún.
Le dijo: En dos años resolveré el problema del analfabetismo que usted en 12 no resolvió. Le daré a la educación el 4% del PIB que usted le negó. Reduciré la pobreza que usted no quiso reducir. Haré un pacto por la educación, no un metro. Resolveré el problema eléctrico en 4 años, que usted no hizo en 12. Le daré un rostro humano al gobierno, que usted tampoco le dio. Seré un jefe de Estado firme, austero, pero amoroso”, cosa que usted no fue. “Yo les aseguro, dijo, que desde la Presidencia de la República, garantizaremos la transparencia, elevaremos la calidad del gasto público y avanzaremos firmemente, hacia una gestión pública austera, cada vez más profesional y efectiva”.
Dijo que gobernará para el pueblo, lo que Leonel tampoco hizo. Dijo que los deshonestos no tendrán cabida. Incluso cambió la comisión de ética, le dio otro nombre para quitarle la imagen funesta que le imprimió su incumbente.
“Estoy decidido a ponerle fin a la impunidad en nuestro país, mediante la lucha decidida contra la criminalidad y la corrupción”, lo que no hizo Leonel. Al contrario, contemporizó o se hizo el loco con esos problemas acuciantes.
Todo cuando pretende hacer Danilo es justamente lo que no hizo Leonel. “por sus frutos los conoceréis”, dijo citando una frase del evangelio. Y es verdad. Por sus acciones conocemos a los que fueron al gobierno a depredar el Estado y hoy son grandes potentados compitiendo con los empresarios del país, pero sin industria ni chimenea.
Contrario a Leonel, el nuevo inquilino del Palacio Nacional promete no negociar “con la mediocridad, ni con los deshonestos”. “¡Vengo a hacer lo que nunca se ha hecho!” y después dijo: “¡Manos a la obra!”.
Desde una posición crítica, Danilo Medina puede contar con mis respaldo franco y desinteresado, para todo cuanto beneficie al pueblo dominicano. Lo reitero, si hace la mitad de las cosas que prometió, el país dará un salto, no solo materialmente, sino moralmente.
Aunque admito que los decretos me crearon un gran escepticismo. Pero como Danilo pidió que lo juzguen por los hechos, así debe ser. Mientras es justo darle el beneficio de la duda.
Juan Taveras Hernández Juan (TH)
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