Miguel Vargas Maldonado.
Son cada vez más evidentes e incontrovertibles los signos de que la unidad del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) depende de la voluntad de su presidente Miguel Vargas Maldonado. Aunque declaró en Santiago que ha hecho todo por la unidad, lo que se ha evidenciado es que todo lo que hace es por asegurar el control de la organización.
Su comportamiento dista mucho incluso de la democracia interna que históricamente ha caracterizado un partido como el PRD. Habla de construir una unidad con disciplina, pero entendiendo la disciplina como sumisión a su figura y directrices.
Vargas Maldonado no concibe la disensión y según dirigentes tan connotados como el historiador Hugo Tolentino Dipp tampoco la consulta a la militancia y organismos de dirección.
El sector que lidera el expresidente Hipólito Mejía ha dado todos los pasos para dejar atrás un pasado permeado por deslealtadas partidarias e iniciar una nueva etapa, pero la respuesta de Vargas Maldonado no ha sido la más alentadora.
Se comporta como si apostara a la división, a través de la supuesta construcción de un partido disciplinado, en lugar de la unidad de la organización. La reconciliación del perredeísmo depende, pues, de la voluntad de su encopetado presidente. Sin que nadie se llame a engaño.
Radar
El Nacional.com.do
http://www.elnacional.com.do/pagina-dos/2013/7/8/165186/Radar
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