El PLD no ignora que en las elecciones de 2012, muchos de sus votantes no querían más PLD, sino otro PLD.
Esa es la lucha interna que, a pesar de su capacidad para no revelar sus problemas, deberá resolver el partido. El PLD es un partido gobernante con problemas internos bastante más molestos (e interesantes) que los que le ocasiona la oposición. Ahora, en ese congreso que promete cambiar todo para que todo siga igual, se definirán algunos puntos que afectan a todos, peledeístas y no peledeístas.
Al Comité Político del PLD le llaman la Corporación, y no es un apelativo gratuito. Ese es el PLD opaco, el que no persigue la corrupción, el que está acusado de enquistarse, y de blindar los tribunales, para que nada avance, el de los funcionarios supermillonarios que pasan de cargo en cargo como si no existiera nadie fuera de ese "board" capacitado para ocupar un puesto. Ese es el PLD que se ve a sí mismo eternamente en el poder, a falta de una oposición que le organice un buen pleito de vez en cuando. Ese PLD, que gastó el término "progreso", convirtiéndose en un calco del pasado, el que se empecina en maquillar soluciones para no hacer reformas estructurales valientes, ese PLD que está escuchando voces de sus bases pidiendo que se haga ya el relevo. Y como a todos nos afecta quién quede o salga de la "corporación", será importante darle seguimiento, y desearles éxitos e inteligencia.
(Ya sabemos algo... los militantes -dice Fernández- quieren más disciplina. No dio más detalles...)
Inés Aizpún
IAizpun@diariolibre.com
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http://www.diariolibre.com/opinion/2013/07/16/i393077_disciplinando-pld.html
Caricatura: Mercader / elCaribe
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