Dos posibilidades
1 - El alcoholismo ha llevado a quien fuera un excelente comunicador a desvariar y a creerse sus propias mentiras que se inventa cuando la niebla del alcohol le nubla la realidad.
2 - La cleptocracia gobernante ha perdido toda la noción de recato, respeto, moralidad y consideración hacia sus gobernados. Pregonar (si es cierto) que alguien "le regaló" dos botellas de vino que supuestamente cuestan entre ambas 44 mil pesos es un acto impúdico e irreverente en un país irresponsablemente endeudado, con una altísima tasa de desempleo y con una tasa de pobreza y pobreza extrema que avergüenzan.
¿Qué credibilidad puede tener este caballero ante sus seguidores, público en general, amigos y familiares; luego de publicar semejante afrenta en su cuenta de Twitter?
El Estado debería pensarlo mejor sobre la inversión publicitaria en medios dirigidos por personas con estos valores, el sector privado, actuar ipso facto, so pena de dañar la imagen de su marca.
Jeannelle Koss / DLRD
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