Leonel insiste en deshojar Margaritas
El lanzamiento de la precandidatura presidencial de la doctora Margarita Cedeño, esposa del presidente Leonel Fernández, ha elevado las tensiones a los máximos niveles en el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), donde esperan el cumplimiento de una promesa del líder de que ella no correría.
Temen la materialización de la consigna de que “con ella seguimos con él”, y se revela que el continuismo tenía menos respaldo del que se presumía en los altos niveles del partido morado ahora preocupados porque una imposición pudiera poner en peligro la unidad y las posibilidades de retener el poder en los comicios del 2012.
Dispara las tensiones. La maquinaria reeleccionista liderada por los “ingenieros constitucionalistas” se repuso rápidamente de la decisión anunciada el viernes 8 de abril por el presidente Leonel Fernández de no correr la aventura de una repostulación y tras una intensa promoción de la primera dama Margarita Cedeño lograron 40 horas después su inscripción como precandidata presidencial del PLD.
Desconciertos, temores y rechazos abiertos y solapados se han producido en el liderazgo tradicional del PLD, donde a la doctora Cedeño no se le atribuyen mayores méritos políticos que los de ser la esposa del Presidente de la nación, aunque nadie se atreve a discutir su derecho a aspirar a la candidatura presidencial. Hay quienes aseguran que ni uno sólo de los otros seis precandidatos está conforme con la decisión, convencidos de que el primer mandatario no podrá cumplir el papel de neutralidad, sin inclinar la balanza hacia alguno, como prometió en su discurso de declinatoria.
Dirigentes peledeístas de larga data están convencidos de que la precandidatura de la primera dama generará “mucho ruido al interior del partido”, que podría ser debilitado y hasta fragmentado en caso de una victoria que muchos verían simplemente como imposición del poder presidencial, una especie de que “con ella seguimos con él”, como se acuñó hace meses cuando algunos comenzaron a promoverla.
El rechazo incluyó al influyente aliado peledeísta Vincho Castillo, quien el domingo llegó a anunciar su separación del bloque gubernamental donde él detecta que tiene lugar “un baile de puñales”.
Contribuyó a las inquietudes el hecho de que la precandidatura fuera una iniciativa de los mismos que durante los últimos meses promovieron ardientemente la reelección del presidente Fernández aún a contrapelo de la prohibición constitucional, y no faltan quienes la consideran una nueva maniobra del mandatario, un nuevo ajedrecista de la política nacional, con tanta sagacidad y ambición del poder como el desaparecido Joaquín Balaguer.
Sorpresa del Comité Político. Siempre se creyó que el doctor Fernández tenía un dominio completo del Comité Político de su partido, integrado por 25 miembros, y que donde podría tener dificultades para encontrar apoyo a su repostulación era en el Comité Central con 403 integrantes, pero fue sorprendente la afirmación del doctor Euclides Gutiérrez, recogida por HOY (página 5-A del lunes 11) de que la mayoría del órgano ejecutivo “no estaba de acuerdo”. Otro miembro del organismo precisó que además de Gutiérrez no la favorecían otros 13, entre ellos Danilo Medina, Reinaldo Pared, Franklin Almeyda, José Tomás Pérez, Carlos Amarante Baret, Lidio Cadet, Radhamés Segura, Radhamés Camacho y Cristina Lizardo.
Tampoco favorecieron la precandidatura de Margarita Cedeño cuando el Comité Político se reunió el sábado 9, en víspera de la proclamación de los precandidatos. Allí se aprobó una plancha única a ser presentada al Comité Central con los seis abiertos aspirantes: Danilo Medina, José Tomás Pérez, Rafael Alburquerque, Francisco Domínguez Brito, Franklin Almeyda y Radhamés Segura.
Tras la aprobación fue el propio presidente y líder del PLD quien advirtió que no se podía impedir la presentación de otra candidatura ante el Comité Central. Felucho Jiménez sorprendió al responder que a lo mejor proponían a Temístocles Montás, lo que fue rápidamente rechazado por este. Y entonces dijo “Leonel, pues será a tu mujer”, para a continuación advertirle que era una jugada riesgosa, pues si perdía sería una derrota para él y si ganaba, sería una victoria pírrica, pues se consideraría una imposición presidencial.
La versión, confirmada por dos de los presentes indica que entonces el presidente Fernández prometió que en caso de ser propuesta y aprobada, su esposa no correría, dando garantías de que no será precandidata.
Ante tal promesa, Danilo Medina, presente en ambas instancias, habría instruido a sus seguidores a no desairar a la doctora Fernández y aprobar su precandidatura. El diputado Frank Soto cuestionó su militancia partidaria y Rubén Peña pidió que se votara de nuevo para contarle los votos pues creía que no había sido aprobada, lo que fue rechazado por el secretario general Reinaldo Pared.
El Aníbal dominicano. De lo que hay pocas dudas es de que la postulación de la primera dama por los mismos que pretendieron la inconstitucional reelección, no es ajena a la voluntad del primer mandatario a cuya inteligencia no podía escapar que provocaría un gran ruido, cuando apenas la sociedad salía del sobresalto del intento continuista y está pendiente aún de la prometida rectificación de la aprobación inconstitucional de la Ley Orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura y de la observación presidencial a la del Tribunal Constitucional, de las que no se volvió a hablar esta semana.
Aún entre partidarios de Leonel Fernández se le atribuye una tendencia a sobre estimarse, por su convicción de que en el país son muy pocos los que conceptualizan, y por el creciente aislamiento en que se ha sumido, rodeado de áulicos, y cada vez más distante de quienes pudieran hacer el papel de conciencia crítica.
Como todo un maestro del ajedrez, el Presidente pasaría horas frente a su tablero hilvanando jugadas para mantenerse en medio del baile y que todos los concurrentes estén pendientes de su voluntad de gran estratega que al declinar la repostulación que le estaba prohibida se comparó con el legendario general cartaginés Aníbal Barca, que según expresó se detuvo a la puerta de Roma, pudiendo tomarla, por temor a destruirla.
Se trata de una especulación sin fundamento objetivo, pues lo más socorrido es que ciertamente el voluntarioso y genial estratega militar alcanzó numerosas victorias ante de acercarse a Roma con un ejército ya diezmado que había perdido la mitad de sus 60 mil hombres y caballos y 37 de sus 38 elefantes en el fatigoso rodeo de Italia a través de los Pirineos y los Alpes partiendo de la península Ibérica.
Durante más de una década Aníbal mantuvo posiciones en Italia esperando refuerzos que nunca le llegaron. Se cree que fue una sabia decisión no intentar asaltar la capital imperial, pues habría adelantado el suicidio en que terminaría su legendaria vida más de tres décadas después en el año 183 antes de Cristo, tras haber sido reducido y humillado, lo mismo que su pueblo, por el imperio romano. -
Un globo de ensayo
En círculos peledeístas donde se había respirado con alivio tras el final del proyecto continuista, hay decepción con la postulación de la doctora Cedeño, y hasta entre fieles seguidores del líder Fernández se expresan seguridades de que “eso a lo más que llega es a un globo de ensayo”. Hay quienes creen que se inscribió la candidatura para ver la reacción en el partido y de la opinión pública.
La generalidad de los análisis y comentarios no discuten los derechos de Margarita Cedeño, pero coinciden en que hace imposible la neutralidad que prometiera el presidente Fernández. En internet han circulado montajes fotográficos donde sintetizan en uno solo los rostros de la pareja presidencial. Mientras el escritor Andrés L. Mateo sostenía el jueves en su columna de HOY que “la candidatura de Margarita es la medida de una pasión bien visible por el poder, que cuajó en desmesurada”, porque “el verdadero candidato es él, Leonel Fernández”.
Para otros la postulación se corresponde con la decisión que atribuyen al doctor Fernández de impedir a toda costa el triunfo de Danilo Medina, por haber tenido la osadía de disputarle la candidatura presidencial en el 2008. Más suave es la interpretación de que tiene por objeto demostrar a los precandidatos quién reina en el PLD.
El presidente podría estar esperando el resultado de alguna encuesta para decidir si disuade o no a su esposa de seguir en la carrera por la nominación presidencial del PLD, sin descartar una alianza con algún otro precandidato que garantice competitividad frente al reconocido empuje de Medina. Y finalmente queda el recurso de lograr que Danilo Medina le oferte la candidatura vicepresidencial, “en aras de garantizar la unidad del partido y el apoyo del presidente y su gobierno”. Entre seguidores de éste, incluyendo a comentaristas de radio y televisión, se comparte la fórmula Danilo-Margarita.
Juan Bolívar Díaz
Caricatura: Harold Priego
Caricatura: Harold Priego