En ningún país del mundo se acepta que esté suelto en las calles, visitando otras naciones y haciendo politiquería a un expresidente que dejó un déficit fiscal de más de 200 mil millones de pesos y menos si ese mismo personaje tenebroso supuestamente desapareció 130 millones de dólares.
En ningún país del mundo se permite que un payaso, de origen paupérrimo, en ocho años posea una fortuna comparada a la de familias que tienen un siglo trabajando y que además ose desafiar a los defensores de los intereses nacionales hostigándolos y pavoneándose de la impunidad que posee.
En ningún país del mundo se mantiene como funcionario en el área de ética y moral a alguien que sea capaz de falsear datos y ocultar patrimonios.
En ningún país del mundo el Gobierno se hace garante de préstamos a empresas privadas y cinco años después, esas empresas siguen operando como si nada ocurriera sin cumplir sus obligaciones.
En ningún país del mundo a un Presidente se le ocasiona un bochorno y una vergüenza como la ocurrida en la Fuerza Aérea Dominicana, en el acto de graduación de unos oficiales; y mucho menos las cosas se solucionan con un simple Twitter y ¡ya!, no ha pasado nada.
En ningún país del mundo se había visto a un partido en el poder pretendiendo gobernar a base de empréstitos, del enriquecimiento de un grupito de empresarios acólitos (incluyendo a los generadores y al sector financiero [léase bancos comerciales]) y manteniendo a miles de vagos con unas asignaciones mensuales que no resuelven los problemas de tres días de comida en sus hogares.
En ningún país del mundo se había visto un pueblo más miedoso, temeroso e indiferente ante la embestida brutal de una cleptocracia ilimitadamente corrupta, indolente y abusadora. Solo aquí, en Dominican Black People, República Dominicana.
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
Caricatura: Rayma
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