Presidente debe apoyar al Incart
Cuando el presidente Danilo Medina designó a la Dra. Catalina González Pons al frente del Incart la sociedad la aceptó con beneplácito porque se entiende que es una mujer capacitada e íntegra. Los escollos que ha tenido que sortear desde su designación en diciembre pasado le han hecho sumamente difícil su gestión. Urge que la sensibilidad del presidente Danilo Medina y la sapiencia de la ministra de Salud Pública, Altagracia Guzmán Marcelino, faciliten a la Dra. González Pons las herramientas necesarias para que una inversión de mil quinientos millones de pesos cumpla a cabalidad con los fines para lo cual fue construido. El Incart debe ser apoyado para que cumpla su misión y en este su primer aniversario es la ocasión propicia para realizarlo.
Jeannelle Koss / Desde La República Dominicana
Por lo menos 12 áreas del Instituto del Cáncer Rosa Emilia Pérez Tavares no funcionan debido a que la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (Oisoe) no ha terminado de colocar los lavamanos, techos en salas de cirugía y pisos especiales para medicina nuclear. El presupuesto para estos fines es de 11 millones 480 mil pesos.
Asimismo, el único hospital de cáncer que tiene el Estado dominicano funciona solo en un 10% de su capacidad porque casi todos los pacientes con cáncer afiliados en el régimen subsidiado son remitidos a los hospitales privados.
Durante un recorrido por el Instituto, periodistas de Hoy observaron que el centro está casi vacío de pacientes, pues aunque fue inaugurado y entregado hace un año, la resonancia no puede funcionar, por un detalle como una pieza que cuesta US$150 mil dólares.
Debilidades
Los UPS centrales están sin conectar todavía, esa conexión cuesta un poco más de RD$3.0 millones, es responsabilidad de la Oisoe.
Los techos para unas lámparas en salas de cirugía también están pendientes, Estos cuestan alrededor de RD$250,000.
No terminan
En la práctica, todavía la Oisoe no ha entregado el hospital del cáncer al Ministerio de Salud, pero aún así, detalles sin concluir atrasan el avance de los servicios, aseguran médicos. Se trata de detalles que se realizan en poco tiempo, pero que dificultan las tareas del centro de salud del Estado.
Si al hospital se le da prioridad, sus ingresos anuales en servicios podrían superar los RD$2,500 millones, aseguran especialistas en gerencia.
Ya se hacen cirugías, imágenes, laboratorios, procedimientos, pero hace falta más promoción y valorización oficial de la capacidad de este centro.
Priorizar. Las autoridades del centro necesitan que el Estado priorice la optimización de su hospital, que los pacientes asegurados subsidiados por quienes el Seguro oficial paga millones al sector privado sean enviados a ese centro, propiedad del Estado.
De tres millones de subsidiados que al mes de marzo pasado tenía afiliado el Senasa, se estima que el 15% de los 2.7 millones de adultos, tendrán algún tipo de cáncer.
En la actualidad los centros de salud y diagnóstico del gobierno pagan sumas millonarias a centros privados, por concepto de tratamiento de cáncer. Desde hace un año funciona el Instituto Oncológico Rosa Tavares.
Dinero
El centro tiene una subvención de RD$20 millones al mes, pero no necesitaría más recursos si el Seguro Nacional de Salud (Senasa) y la red de hospitales estatales enviara todos los pacientes asegurados del régimen subsidiado. Se refiere a los que tienen algún tipo de cáncer y requieren quimio o radioterapia
En el área de Gastroenterología se necesitan lavamanos y algunos instrumentos; eso cuesta cerca de RD$500 mil pesos.
Misión
Este hospital tiene entre sus objetivos dar atención a todos los pacientes con cáncer, para eso implementa un modelo nuevo basado en unidades funcionales, asegura González.
Los profesionales trabajan en las tres especialidades oncológica, quimioterapia y radioterapia.
Avances
Este centro, asegura su directora, tiene grandes ventajas para sus pacientes, una persona puede ir en un mismo día hasta a cuatro especialistas. Es único.
Los pacientes son acompañados permanentemente por una enfermera que los lleva hasta su proceso final en el tratamiento.
En este centro no necesita hacer una cita y desde el primer día el paciente es visto por el especialista, asegura la oncóloga. Tienen la esperanza de ver resueltos los problemas que tiene el hospital, para poder dar los avanzados servicios.
Altagracia Ortiz
Hoy
También el Incart tiene cojeras
A pesar de que el Instituto Nacional de Cáncer Rosa Emilia Pérez Tavares (Incart) fue inaugurado el 28 de mayo de 2014, un año después de esa ceremonia el centro tiene al menos doce de sus áreas inactivas porque no han sido terminadas por la dependencia oficial encargada de la obra. Salvando las diferencias, en este centro se observan fallas similares a las denunciadas por los médicos del hospital traumatológico Doctor Darío Contreras, obras que no fueron supervisadas por el Ministerio de Salud Pública.
El funcionamiento del Incart está limitado a solo un 10% de su capacidad por causas como la no instalación de los lavamanos, techos en salas de cirugía y pisos especiales para medicina nuclear. El equipo de resonancia magnética no está funcionando por falta de una pieza que cuesta 150 mil dólares, mientras que los UPS centrales están aún sin conectar. Los encargados de la obra ni nadie ha explicado por qué está pasando esto a un año de inaugurado el instituto.
Como consecuencia de las cosas que faltan por hacer e instalar, casi todos los enfermos de cáncer afiliados en el régimen subsidiado son remitidos a los hospitales privados, que cobran al Gobierno enormes sumas por concepto de tratamiento de pacientes cancerosos. El Gobierno debería tomar medidas enérgicas para conjurar estas fallas en las obras de centros como el Incart.
Editorial Hoy
Hoy
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