El PLD está dividido en dos bandos: los que ahora son reeleccionistas y los que antes lo fueron pero que ahora no lo son. Como se trata de un partido en el poder esta pelea ya empieza a crear un clima de desconfianza e incertidumbre.
El bando reeleccionista lo dirige el presidente Medina y sus principales ministros, interesados en modificar una Constitución que hizo el propio PLD hace apenas 6 años. Para lograr su objetivo, cuentan con el presupuesto nacional y todo el poderío que eso conlleva, así como con el de la jerarquía militar, que en estos países siempre hay que tomar en cuenta. Necesitan un Congreso Nacional, que aparentemente en estos momentos no tienen. Les interesa la modificación constitucional, porque a este Presidente también le gustó el “carguito.”
De aprobarse la reelección, se estaría haciendo lo que siempre se hace: modificar la Constitución para convertirla en un traje a la medida. Ya lo hizo Hipólito en el 2002, y Leonel en el 2010. Serían 3 modificaciones a la Constitución impulsadas por los últimos 3 presidentes.
El otro bando lo encabeza el expresidente Leonel Fernández, sospechoso de gobernar con un gabinete que cometió muchas diabluras, pero con la dicha de encontrar funcionarios que archiven esos expedientes, por eso ninguno de sus ministros ha sido ni siquiera investigado, mucho menos sometidos a pesar de las sospechas conocidas por el público gracias a los programas de Alicia Ortega y Nuria Piera, entre muchos otros.
Este triple expresidente, es dueño de una considerable porción de los senadores y diputados del PLD, más los del PRD de Miguel Vargas; de las altas cortes; de la Junta Central Electoral y del Tribunal Superior Electoral; herramientas con las que piensa dar la pelea.
Con todas esas armas a su favor, naturalmente que luce desafiante y arrogante, aunque no se haya atrevido a responder las graves acusaciones de Quirino.
A pesar de tener toda esa artillería, nunca es fácil vencer al Gobierno, de ahí que me resulten altamente sospechosos los incendios al mismo tiempo, en Los Haitises, Piedra Blanca, Constanza, Jarabacoa, Bahoruco, Loma de Guaigüí, Dajabón, y Loma Miranda, que las autoridades se limitan a atribuir a “manos criminales.”
Más sospechoso todavía es el largo y tedioso apagón, que se produce en medio de una discusión nacional convocada por el Gobierno, el denominado “Pacto Eléctrico” y que demuestran la fragilidad del sistema.
Obvio, que la discusión entre los dos bandos del PLD no es ideológica, ni mucho menos de principios.
Julio Cordero
Z-101 Digital
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