Conocer de la niñez y adolescencia de una persona explica mucho de sus acciones como adulto, pero en el caso de Leonel Fernández, no voy a remontarme a sus orígenes. Reflexionaré sobre sus acciones políticas, pues la forma en como se ejerce el poder, revela muy bien lo que la persona es. El poder en sí, no cambia a nadie.
Como ciudadana, quiero un desarrollo armónico, que la población viva tranquila en el país. De ahí que me interesa conocer los líderes políticos que intervienen en su rumbo. Leonel está influyendo tremendamente en todos los poderes del Estado. ¿Quién es Leonel Fernández?
La primera vez que escuché hablar de Leonel me enteré que era abogado de oficio, miembro del PLD. Que su fundador, Juan Bosch, lo consideraba “una minita”. Inteligente, se expresaba bien y repetía con ardor los principios de ayudar a los pobres, “hijos de machepa” y controlar los ricos, “tutumpotes”. Bosch confío tanto en él, que lo impulsó a ocupar la Presidencia de la República.
Ya en el poder, Leonel se despojó de la vestimenta del PLD y se vistió de los principios y métodos de Balaguer. “Soy un Balaguer chiquito”, dijo. Ese estilo lo ayudó a hacer realidad sus sueños, a llenar sus vacíos.
Necesitaba salir de Villa Juana, no volver a vivir en barrios de NY ni ser discriminado. Quería estar cerca de la oligarquía, tener una fundación global para penetrar en el mundo de los poderosos y lejos de los desposeídos. Utilizó al PLD como plataforma para dar el salto.
Fue presidente de la República durante doce años ¿En que ayudó a los pobres? En nada. Solo él y sus colaboradores cercanos con iguales ambiciones cambiaron a una vida mejor. La oligarquía lo necesitaba y le abrió espacio. Fortaleció su poder con la estrategia de dividir y destruir partidos, incorporar al PRSC, hacer el pacto de las “corbatas azules” con el PRD, constituir altas cortes, seleccionar legisladores, todo a su medida.
Para repartir limosnas a los infelices con mucha publicidad y dar señales de generosidad, al despacho de su esposa le asignó un presupuesto superior al de algunos ministerios. Luego negoció para que la pusieran de vicepresidenta. La idea era mantenerse en la cúpula de la presidencia del país y no aflojar las riendas del PLD.
Sin embargo, los zapatos de Balaguer quien una vez dijo “la corrupción se detiene en la puerta de mi despacho”, le quedan grandes. Nunca puso en peligro su partido. Leonel empuja el PLD al precipicio. Su primer desacierto fue abandonar sin recato los principios de Bosch, quien perdió el poder defendiendo sus valores, a los pobres, enseñando a ser honesto. Pero mientras Bosch actuaba así, Balaguer, conociendo las debilidades de algunos líderes, decía: “No somos suizos”. Esperen.
Efectivamente, todo parece indicar que a Leonel le interesaba el PLD para alcanzar fines personales o grupales. Así interpreta “Servir al partido para servir al pueblo”. Todavía le sirve a algunos de la cúpula. ¿Cuándo ayudará los infelices? Preside el PLD pero no respeta las decisiones del Comité Político. Cual dictador, quiere hacer las cosas a su manera y conveniencia. Prefiere dividir el partido, que pensar en el pueblo. Le falló a Bosch, al PLD, a los pobres y al país.
Algo extraño le sucede a Leonel. Logró escalar. Está blindado. Sin embargo, parecería que necesita el poder para protegerse. ¿A qué le teme? ¿Qué oculta..? ¿Será que necesita ayuda? Oh Dios, protégelo.
En su lugar, apoyaría al presidente Danilo Medina, quien se esfuerza en ayudar los pobres, entregara las riendas del PLD y saliera a descansar. ¡Tremendo aporte a la nación!
Venecia Joaquín
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