Ningún ser humano medianamente civilizado puede celebrar o alegrarse por el asesinato de al menos cinco policías y las heridas ocasionadas a otros nueve durante un ataque coordinado en una marcha que precisamente se celebraba en protesta contra la brutalidad policial y la impunidad conque los policías blancos que asesinan negros, son protegidos por los tribunales de justicia.
Estamos apesumbrados y acongojados por la muerte de esos inocentes agentes que se encontraban en Dallas protegiendo a los manifestantes, cumpliendo con su deber, y que no son cómplices ni responsables de las malas actuaciones de sus colegas en casos verdaderamente abusivos y horripilantes que el mundo ha presenciado.
Los insólitos e injustificados asesinatos recientes de dos afroamericanos, Philandro Castile y Alton Sterling, a manos de policías blancos son los últimos casos de una serie de hechos similares que siempre terminan en benignas sentencias o absoluciones para los policías blancos en la justicia norteamericana.
Pero esto se venía venir, la comunidad afroamericana está hastiada de la brutalidad policial, de la facilidad conque los policías blancos asesinan a los miembros de su comunidad y lo sorprendentemente mano blanda que es la justicia con esos asesinos uniformados.
Un vengador desaprensivo le han dado una lección ejemplar a la policía y a la justicia norteamericana, no continúen matando alegremente a inocentes desarmados por simple odio racial, paren la protección de esos cobardes asesinos blancos uniformados.
Es nuestro deseo que las cosas cambien a partir de esta lamentable tragedia, sino, vemos en un futuro no muy lejano una guerra civil en la patria de Washington, Lincoln y Barack Obama.
Desde La República Dominicana
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