Las órdenes más comunes que todo Jefe de esta especie de estado (en realidad un soberano) le imparte a “su” Procurador General, cuando este pide instrucciones sobre cualquier caso delicado, son:
1) “Ten cuidado con eso”. Y si acaso no entiende bien, entonces viene:
2) “Maneja bien ese caso”. Y si, aún así, el Procurador no coge la seña, el soberano es más específico:
3) “Resuelve eso como sea”. Pero si acaso aquel siguiera haciéndose el pendejo, entonces el Jefe Absoluto baja duro en favor de su amigo, compañero, socio o tutumpote:
4) “Sácamelo del expediente, y punto”… (Si no lo creen, pregúntenle al pobre Jean Alain).
Ramón Colombo
FOGARATÉ
elCaribe
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