Existe la percepción de que algo anda torcido en la vida nacional, que existe un malestar social corrosivo, de irresponsabilidad generalizada en todo lo que acontece. Son muchos los indicios, pero pocos los gritos de alerta atendidos.
De nada sirve tener una Constitución moderna, revisada, fruto de aquel consenso y la participación, si al final será un tesoro destinado a un pueblo incapaz de respetarla, de obedecerla y, sobre todo, de temerle.
No importa el nivel social o económico. Todos somos iguales ante la ley. Al menos eso sería si la respetásemos.
Ni el dinero ni una posición importante en el Estado o la intolerancia dan derecho a violar flagrantemente las leyes. Como tampoco están por encima de la Constitución quienes hacen las leyes. O quienes juzgan a los que delinquen.
Un país con ciudadanos que no respeten sus leyes es sinónimo de caos, desorden, e irrespeto creciente. EL DÍA insiste una vez más en el cultivo y fomento de una cultura de respeto, de paz, de convivencia civilizada.
De respeto a las leyes. Sin obediencia a las leyes, ¿qué nos espera como pueblo, como dominicanos, como nación, como país? En el cultivo impostergable de valores éticos y ejemplos de disciplina y respeto a las leyes está el futuro de la República Dominicana y la fortaleza de nuestra democracia. Se trata de una tarea de las autoridades; y un compromiso de todos.
Editorial El Día
El Día
http://www.eldia.com.do/editorial/2012/8/2/89796/Iguales-ante-la-ley
Imagen: http://www.laplegariadeunpagano.com
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