Por el camino que vamos, el país les quedará chiquito a Alí Babá y los 40 ladrones, y no es por robos de inodoros, lavamanos, cilindros para gas, “bombas ladronas” para cisternas, cables eléctricos, celulares, centros de aros, mangas de salami, racimos de plátanos y gallinas criollas con todo y huevos; delitos reprochables pero de poca monta, cometidos por necesitados de calmar el hambre o alguna adicción. La debacle viene por las megafechorías de poderosos en contra del erario, y el silencio cómplice infinito de funcionarios responsables de frenar tales acciones delictivas.
El Gobierno, a través del Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (Fonper), acaba de querellarse ante la Fiscalía en contra de las empresas generadoras eléctricas Ege-Haina y Ege-Itabo. Las acusa de fraude, estafa, asociación de malhechores y abuso de confianza en contra del Estado por unos 10 mil millones de pesos.
Eso es demasiado dinero para un pueblo pobre como el dominicano. Es mucho lo que aquí se puede hacer con el equivalente de 250 millones de dólares, siempre que no sea para tapar el barril sin fondo que son los pagos a las mismas generadoras que venden electricidad al Estado a precios exorbitantes, pese a que éste, en el caso en cuestión, es el segundo socio.
Es como para que la población completa se vuelque en respaldo a las autoridades, sin importar intereses particulares ni ideológicos. Pero resulta que, no bien se conoce la querella, resuenan campanas terroríficas para que desistan de ella.
Frases como las siguientes son parte de una estrategia comunicacional orientada a sacrificar una vez más al pueblo, aunque simulen su defensa:
“Supuesta estafa”, “poner en peligro la inversión extranjera”, supuesta trama de los generadores”, “epopeya jurídica (la de los abogados del Estado) harto costosa para el país”, “por sus características, espanta capitales”, “la inversión extranjera no llegará”, “matamos la gallina de los huevos de oro”, “tengamos mucho cuidado con el mensaje que enviamos”, “Danilo, usted va bien, pero no caiga en gancho, lo quieren hundir”…
Increíble, pero, conforme va la danza, nadie se sorprenda si los acusados de fraude contra el tesoro público devienen de repente en enviados del cielo y terminan como santos acusadores con sobradas muestras de solidaridad periodística, a quienes habría que indemnizar por daños y perjuicios con diez veces los 10 mil millones que reclama el demandante. De paso, hasta construirles un altar y, de rodillas, pedirles perdón por dañar su imagen.
En lo inmediato, casi seguro que vendrán mediaciones para arreglos vergonzosos extrajudiciales, bajo el manto de la ignorancia de la gente y la doble moral de un frente de estrategas que se quieren pasar de inteligentes. Y quién sabe si ya le echan agua al vino. En realidad, no todo el mundo resiste la tentación del dinero cuando se lo entregan por sacos y en bienes.
Pero me anima el recio discurso de toma de posesión de Danilo Medina, el Presidente del sur. Creo que no todo está perdido.
Eso sí, no espero, de ninguna manera, medidas de coerción ni nada parecido. Mucho menos que a un turpén lo engrillen y lo expongan al escarnio público, como al hijo del procurador de la Corte de Apelación de la provincia San Cristóbal, tras el dictamen de una coerción en la cárcel de Najayo, por una acusación de robo de sanitarios a una empresa. Esa condena mediática de por vida, jamás la veré en un poderoso; eso solo se hace con los pendejos hijos de Machepa que cometen el error de robar poco y “no tienen quien les escriba” (Perdón, Gabo).
Tony Pérez
tonypedernales@yahoo.com.ar
Noticias SIN
http://www.noticiassin.com/2012/09/a-robar-se-ha-dicho/
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