Añoro aquellos tiempos pasados y que aparentemente nunca volverán, me refiero a esa época donde los cantantes eran verdaderos artistas que mantenían una conducta pública intachable, sus producciones discográficas eran profesionales y sus presentaciones personales un verdadero festín para sus fanáticos.
A través de los años participé de muchos espectáculos en cines, hoteles, estadios, clubes nocturnos, Bellas Artes, Teatro Nacional, etc. y allí lo más ofensivo que sufrí fue quizás algún show que inició con demora.
Los cantantes vestían impecablemente a la moda, imponiéndola inclusive entre la juventud . Se hacían acompañar de reputados músicos y el sonido era aceptable dentro de los estándares latinos.
Las producciones discográficas eran de gran calidad. Un disco de 10 temas podía contener como mínimo seis buenas canciones y otras cuatro regulares. Los mejores compositores, arreglistas y músicos al servicio de un proyecto musical.
Artistas de la talla de Raphael, Sandro, Nino Bravo, José Luis Rodríguez, José Feliciano, Rocío Dúrcal, Danny Rivera, Roberto Carlos, Rocío Jurado, Camilo Sesto, José José, Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Mocedades, María Martha Serra Lima, Julio Iglesias, Alberto Cortez, Silvio Rodríguez, Ana Belén, Pablo Milanés y muchos otros, estaban obligados a dar lo mejor de sí mismos para mantenerse en los topes de popularidad. Cada uno en su estilo musical.
Canciones como Detalles, Mediterráneo, Lía, Perdóname, Eres tú, Noelia, Trigal, En carne viva, Cuando pienso en ti, La gata bajo la lluvia, El breve espacio, Ojalá, Algo se me fue contigo, Qué se siente, Solo pienso en ti, Amoras y un larguísimo etc, todavía hoy las recordamos y las tarareamos si la escuchamos por ahí.
Unos años atrás nos aprendíamos las canciones, las cantábamos y las hacíamos nuestras. Íbamos gustosos a las tiendas de discos y pagábamos por un producto tan solo por una canción que conocíamos, pero había la certeza de que allí habían otras joyas esperando para ser descubiertas, salvo raras excepciones.
Admirábamos las portadas de los long play, de los cassettes y luego de los cd´s.
Una canción buena duraba meses sonando en la radio y años en nuestros corazones.
Cada tema trascendente se cotejaba con un acontecimiento de nuestra vida, fuera sentimental o familiar y que se mantiene hasta la actualidad en el subconsciente.
Atesorábamos nuestra música como un patrimonio invaluable que no se prestaba ni se maltrataba.
Y nuestros artistas se mantenían siempre jóvenes y sonrientes como en las carátulas de sus discos.
Ni siquiera voy a mencionar la situación de los artistas y de la música de hoy, sería perder el tiempo si tan solo con decir que ninguno de los valores que he mencionado se aplican a la realidad de la actualidad. Todo el que tiene más de 25 años sabe de lo que hablo.
¿Cuál ha sido la solución a esta desgracia social?
Volver a la música de hace unas décadas atrás, con mejor sonido y la misma calidad de artistas y canciones. Ver los vídeos en YouTube.
NOTA
Existen casos de cantantes que durante toda su carrera y en vida; jamás vendieron tantos discos como después de muertos o retirados, con la salida del formato digital. Las cifras no mienten.
Marihal / Desde La República Dominicana
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