El estado de ánimo se mantiene elevado, eufórico, y no suele ser alegre; además las personas que conocen bien al afectado, pueden ver claramente un estado de ánimo excesivo con un entusiasmo indiscriminado que no cesa, en las relaciones interpersonales, sexuales o laborales.
La alteración del estado de ánimo predominante puede ser la irritabilidad, sobre todo cuando se ven frustrados los deseos de la persona, y más concretamente una alternancia entre la euforia y la irritabilidad. En individuos con episodios maníacos.
Está presente una autoestima, que va desde la autoconfianza a una grandiosidad marcada, pudiendo alcanzar proporciones delirantes; además estas personas pueden dar consejos sobre cuestiones sobre las que no tienen un conocimiento y son comunes los delirios de grandeza, como tener una relación especial con Dios o con alguna figura pública destacada.
El discurso de un maníaco es fuerte, rápido y difícil de interrumpir; pueden hablar durante horas y horas, y se caracteriza por bromear, y hacer juegos de palabras, y realizan sonidos en lugar de elegir palabras; otras veces destacan las quejas y los comentarios hostiles o furiosos.
¿Levitando?
¿Gallo loco?
Olga Dipp / DLRD
Figureo en DLRD
Caricatura: Mercader
José Mercader
Humor
elCaribe
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