No existen peores ciudadanos en este siglo XXI que nosotros los ignorantes. Gentes que dudamos de las autoridades y que ponemos en tela de juicio afirmaciones avaladas por gobiernos e instituciones extranjeras de prestigio.
Así pasa con nuestro gobernador del Banco Central de la República Dominicana, un calificado profesional que lleva en el cargo 18 años y que de acuerdo a sus resultados es muy posible que se mantenga en el mismo hasta agosto de 2044, cuando acabe el compromiso no escrito del PLD con el pueblo.
Este funcionario recién ayer informó al país que de enero a abril de 2016 la economía lleva un crecimiento acumulado de un 7.1% y que tan solo en abril hubo un crecimiento en general de un 10.1%. Sin embargo, el Estado tendrá que buscar prestados US$1,500 millones más de los alrededor de US$3,600 millones presupuestados, para satisfacer las necesidades financieras de este año. Esto se debe a que el Gobierno ejecutó en los primeros tres meses del año el 46 % del déficit estimado para todo 2016, según expresara el economista senior del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees), Miguel Collado Di Franco.
Es necesario aclarar que en la gestión del gurú de las finanzas de los gobiernos peledeistas, quien trimestralmente anuncia crecimientos y bonanzas, este nunca ha sido desmentido por los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo y Banco Mundial, es más, le continúan desembolsando préstamos y concesiones sin ningún tipo de imposiciones ni restricciones al manejo de la economía criolla.
Nosotros, los legos, no entendemos cómo un país que tiene una tasa de desempleo por encima del 25%, que tiene deudas que rondan el 50% del PIB y una pobreza generalizada, pueda crecer tanto. No hay manera de que nos entre en la cabeza cómo puede crecer una economía en base a préstamos sobre préstamos, déficit fiscales y déficit cuasifiscales. No lo entendemos.
Nuestra ignorancia es abismal, vemos quizás erradamente cómo la inversión extranjera y la oligarquía criolla son cada día más ricos y nosotros, nueve y medio millones de dominicanos cada vez más pobres. Todo esto dentro de un cuadro de crecimiento económico sostenible a través de los sucesivos gobiernos que hemos tenido desde 2004.
Dentro del cerebro pobremente amueblado que mantenemos en nuestra cabeza hemos llegado a elucubrar la fantasía de que en cualquier momento el país se quedará sin financiamiento externo, que seremos intervenidos para administrar nuestra economía nacional por el poder extranjero a fin de cobrarse su dinero que han dilapidado alegremente los políticos de turno y que a los ricos del patio como es usual, no les pasará absolutamente nada.
Si a los gobiernos y a los bancos multilaterales no les ha interesado averiguar el extraño caso de la economía que crece rodeada de pobreza y miseria, de préstamos y déficit, debe ser que somos tan tontos que imaginamos cosas que están fuera de la realidad.
Brindemos pues por el crecimiento de nuestra economía.
Luis Del Monte / Desde La Republica Dominicana
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