Senadores Tommy Galán y Luis René Canaán R., y el ex senador Carlos Castillo, almuerzan con ejecutivos de Embraer en Brasil.
Nadie se va a creer la historia de que en el asunto de los aviones Súper Tucano y el reconocido soborno de la firma brasileña Embraer, sólo participaron un coronel y tres o cuatro empresarios.
Hay demasiadas cosas oscuras en el tema para que el sistema político y judicial pueda despacharse a la ligera.
Mucha gente no cree que el soborno envolvió sólo casi cuatro millones de dólares. Esa es una cantidad insignificante para una operación de esa envergadura y nadie a los niveles que se dice participaron en la operación ilícita se va a ensuciar por tan poco dinero que, además, hubo que repartir entre tantos.
Por otra parte, es difícil que nadie en Embraer se quedara sin una parte. Por tanto, casi se puede afirmar que la operación ilícita fue mayor a la denunciada, y ese es un punto muy importante de la investigación.
El caso de los aviones brasileños, cuya compra era necesaria, como ha probado su actuación en el combate a las drogas, es una prueba crucial para nuestro sistema político y judicial y dada la participación de otros países en el asunto, habrá que tener mucho cuidado en su manejo y solución.
Editorial Diario Libre
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