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jueves, 27 de mayo de 2010

Ávila tiene tumbas especiales


        La tumba más famosa del cementerio de Ávila / JOSÉ ANTONIO GUTIÉRREZ Y ANA MARÍA SÁNCHEZ

Mi última diligencia: que os zurzan
¿Has pensado alguna vez que te gustaría que pusiera en tu epitafio? Quizás aún no te lo hayas planteado o no quieras ni pensarlo, pero algunos españoles decidieron en su día no dejarlo en manos de su familia y «currarse» el último mensaje que querían dejar a los que nos quedábamos en este mundo.

En los cementerios de nuestro país los hay para todos los gustos. Desde el poeta que duerme eternamente junto a su último verso: «Dejadme el mármol virgen, sin relieve. Que el jaramago escriba lo que quiera», pasando por el que aprovecha el descanso eterno para mandarnos a freir espárragos: «Qué os zurzan»; y aquellos que se van al otro mundo amenazando a los vivos: «Todo el que le haga daño o le quite algo a los muertos le entre cáncer negro en la boca del estómago». Que se atreva alguien a robarle una flor.

También está el cumplidor hasta la muerte: «Perdone que no asista a su entierro», o el que se ríe de su propio fallecimiento: «Estoy muerto, enseguida vuelvo», «Conste que yo no quería» o «Cuando nací, todos reían y yo lloraba. Viví de tal manera, que cuando morí, todos lloraron y yo reí. La marihuana es lo que tiene».

De los que se escriben en clave cómica, quizás el más popular sea el educado «Perdone que no me levante», atribuido al artista Groucho Marx. «Lo curioso es que se trata de una leyenda urbana porque en la tumba de Groucho, que es un columbario de Los Ángeles, nunca se escribió esa frase», asegura la periodista Nieves Concostrina, que ha recopilado los epitafios más delirantes de España en su último libro «...Y en polvo te convertirás» (La Esfera de los Libros).

Reírse con los muertos
Un libro que no podría haber elaborado sin la colaboración de los oyentes de «No es un día cualquiera», programa de RNE en el que participa cada fin de semana con la sección «El acabose», donde habla de la muerte en clave de humor. En la BBC habían pedido la colaboración ciudadana para salvar los epitafios británicos que tuvieran valor histórico y a Nieves se le ocurrió, aunque no sin cierto temor inicial, que sería una buena idea hacer algo parecido en España con un concurso que invitase a la audiencia a enviar fotos con las tumbas y epitafios más curiosos que encontrasen en los cementerios de nuestro país. Y la cosa no ha ido mal, porque ya van por la tercera edición y han recopilado 1.800 fotografías.

«La gente está tan interesa en la muerte como en la vida. Y nosotros nos podemos reír con los muertos, que es distinto que reírse de ellos», asegura Nieves, que reconoce que lo que más le ha sorprendido hasta ahora es una tumba del cementerio de Ávila en la que encontramos una mano de mármol haciendo una peineta. Pero aunque un gesto como ese pueda parecer de mal gusto, Nieves lo tiene claro: «Es un gesto de última voluntad. Cualquier muerto tiene derecho a decir lo que le dé la gana». Amén.

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