Velo y corona
Promesa no es cumplimiento, y menos cuando el que da su palabra la tiene empeñada en faena politiquera. Una propuesta que no se asiente en el presupuesto es un deseo sin fuerzas para ser un hecho. La negociación palaciega es más política que la protesta. Los diez mil millones de Leonel son palomas lanzadas al vuelo con el propósito de que no quede ninguna en mano. El presidente Fernández quedará consagrado como el eterno enamorado de la educación: jura quererla para siempre, pero no le propone casamiento. El pueblo quiere verla desfilar con velo y corona, como manda la ley.
Homero Figueroa
Espejo de papel
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