Palacio Nacional con iluminación navideña.
Canasta navideña. Haga click sobre la imagen para agrandar.
¡Qué vergüenza pasé!
Habíamos salido de una oscuridad total en el barrio, y él me preguntaba, cómo era posible que se fuese la luz por períodos de diez o más horas todos los días, que a qué era debido. Yo no supe qué responderle, sólo le comenté que en este país hay cosas que son difíciles de entender, y que, además, hay mucha corrupción, y que la brecha entre los ricos y los pobres sigue creciendo a pesar de que nuestro PIB es cada vez más alto.
Para llegar a mi casa, en la calle 30 de marzo, tuvimos que pasar por delante del Palacio Nacional, eran las diez de la noche, y la iluminación navideña estaba en todo su esplendor, el número de lucecitas se acercaba al infinito. Al verlo, mi amigo, extrañado, me preguntó, ¿y esto qué es? Porque aquí sobra la luz. Aquí sí que no supe qué responderle. Me quedé callado y pensé en la oscuridad que habíamos dejado en los barrios de María Auxiliadora.
Entonces, mi amigo me dijo, en forma muy seria, tú sabes muy bien que las ayudas que les damos provienen de los impuestos que pagan los ciudadanos de mi país. Si ellos viesen este derroche y este contraste que tú y yo acabamos de contemplar yo no sé si ellos estarían de acuerdo en dar estas ayudas que les estamos ofreciendo. Al decirme esto, verdaderamente, experimenté una gran vergüenza.
Cuando llegamos a la casa le dije: no dejen de ayudarnos, por favor, porque esto que hemos visto esta noche, refleja cuáles son algunas de las causas de nuestra pobreza.
A la semana siguiente, tuve que ir a una de las oficinas gubernamentales, estaba en busca de una entrevista con un funcionario, pues quería saber cómo nos habían dejado la asignación en el Presupuesto Nacional para el próximo año ya que habíamos solicitado un aumento significativo, pues nos está siendo muy difícil mantener todos nuestros programas. Me informaron que estaba igual que el año pasado y que no nos habían aumentado nada, lo que me causó un gran desconsuelo. En estas condiciones no sé si en febrero podremos abrir el nuevo centro para adolescentes embarazadas que tenemos programado.
Cuando me estoy montando en mi carro, veo unas suculentas “canastas navideñas” que están poniendo en una camioneta, esas canastas tenían de todo. Y nuevamente tuve que decir: ¡que vergüenza! Me fui para mi casa pensando cuánto sería el monto que se gasta nuestro gobierno en canastas navideñas... y ¿para quiénes serían esas canastas...?, ciertamente, no son para los pobres.
Me vinieron a la mente las manifestaciones a favor del 4% para el presupuesto en educación y pensé en las respuestas que dan nuestras autoridades, diciendo que no hay dinero. Dinero hay, lo que hay que ver es hacia dónde va ese dinero...
Juan Linares SDB
MUCHACHOS CON DON BOSCO
Listín Diario
http://listin.com.do/puntos-de-vista/2010/12/15/170229/Que-verguenza-pase
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