La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, calificó la publicación de esos documentos filtrados como un “ataque a la comunidad internacional” y hay quienes lo han calificado hasta de “ataque terrorista”.
Una pregunta obligatoria es quién verdaderamente “ataca” a la comunidad internacional, si el que publica esos contenidos o el que los produjo.
Probablemente la persona que filtró los más de 250 mil documentos diplomáticos violó alguna ley de Estados Unidos por tratarse de informes confidenciales y que agencias oficiales debían proteger.
Pero atribuirle delito a quien los publica (especialmente si son reales) sería una aberración y un atentado a la libertad de información y periodística en el mundo.
Los documentos revelados dejan de manifiesto que en ocasiones naciones y gobiernos democráticos cometen acciones no democráticas, por lo que la comunidad periodística mundial debe prestarle mucha atención a lo que ocurra con WikiLeaks y sus directivos, pues contra ellos hay hasta amenazas de prisión o enjuiciamientos.
Las potencias podrían ver en WikiLeaks al más pequeño y por lo tanto eventual víctima de abusos, especialmente si se toma en cuenta que lo que a ese sitio de internet le fue filtrado ha sido publicado ampliamente por los grandes diarios del mundo, como son “El País”, “The New York Time”, “The Guardian”, “Le Monde” y la revista “Der Spiegel”.
Aún en este pequeño país debemos estar atentos.
Editorial El Día
http://www.eldia.com.do/editorial/2010/11/30/40037/WikiLeaks
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