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martes, 11 de octubre de 2011

Cirugía de los labios vaginales está de moda




Labioplastia reductora o ninfectomía
La labioplastia se recomienda a quienes tienen un tamaño anormal o asimétrico
Las anomalías pueden dificultar a veces las relaciones sexuales
El proceso de recuperación tras la cirugía suele ser de tres días
No se lleven a engaños. No es el aumento de pecho, ni la eliminación de las cartucheras o de las arrugas los tipos de cirugía estética que están en alza. Ahora, al parecer, lo que las mujeres desean es disminuir el tamaño de sus labios vaginales, una vieja petición de las actrices de películas pornográficas.

Al menos eso dicen las estadísticas. Según reconoce el Servicio Nacional de Salud británico, en los últimos diez años este tipo de intervención es cinco veces más frecuente. En nuestro país, y tal y como se ha puesto de manifiesto durante el Congreso de la Sociedad Española de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad (Semal) celebrado en Madrid, las intervenciones cirugía estética íntima se han duplicado en los últimos cinco años. Entre las técnicas más demandadas están la lipoescultura del pubis o del monte de Venus, el estrechamiento vaginal, la reconstrucción del himen o la reducción de los labios vaginales.

Miguel Chamosa, vicepresidente de la Sociedad Española de Cirugía Estética y Reparadora (SECPRE), lo admite: "Hemos comprobado que se ha elevado la demanda de la cirugía vaginal. De la misma opinión es Juan Monreal, presidente de la Asociación Española de Cirugía Estética y Plástica (AECEP), que reconoce que "el número de solicitudes de este tipo de tratamientos ha aumentado, probablemente, debido a que se conoce más su existencia. No pienso que haya una mayor demanda por el famoso culto al cuerpo". Según sus cálculos personales, y "pese a que es difícil de estimar, ya que no se suelen incluir en muchas de las estadísticas, las intervenciones anuales de reducción de los labios vaginales anuales deben rondar las 100".

Conocida como labioplastia reductora o ninfectomía, se recomienda a mujeres que por razones congénitas u otras causas presenten labios vaginales mayores o menores de un tamaño anormal, asimétrico o colgante. "Yo prefiero hablar de proporción. Si los labios mayores son demasiado finos, por ejemplo, no cubren los menores entonces da la sensación de que son de mayor volumen", destaca el experto de la SECPRE.

Diversos motivos
Insiste, además, en que los motivos para "su remodelación son múltiples como la incomodidad al vestir prendas cada vez más ajustada o al llevar trajes de baño. También por molestias durante la práctica de deporte, como montar en bicicleta".

Puede ocurrir también que los "labios menores (aquellos que rodean el orificio de la vagina) se plieguen sobre sí mismo por su gran tamaño, dificultando en muchas ocasiones las relaciones sexuales. Pero pueden reducirse a un tamaño funcional y estéticamente más normal, sin que resulte problemático ni molesto y sin que pierdan su función protectora o su sensibilidad" puntualiza el doctor Monreal.

Formando parte de la unidad estética de los labios menores se encuentra el capuchón del clítoris. "Esta área de piel que recubre el clítoris puede tener también un tamaño más grande del adecuado protruyendo hacia el exterior a modo de pene. En ocasiones el capuchón y el propio clítoris se encuentran descendidos por debajo de su lugar ideal. Estas circunstancias descritas pueden e, incluso, deben ser corregidas si se detectan para poder conseguir un resultado adecuado", añade.

Pero la motivación estética es la que más empuja a las mujeres hacia la cirugía vaginal. "Lo demuestra el grado de satisfacción con la técnica en el 99% de las intervenidas", agrega el cuirujano Chamosa. Y también el hecho de que el primer estudio llevado a cabo sobre las verdaderas dimensiones de los labios vaginales de las que desean pasar por quirófano para modificarlos revele que todas tenían un tamaño considerado como normal.

Publicada en la revista 'An International Journal of Obstetrics and Gynaecology', "el ensayo se realizó con 33 mujeres que acudieron a un centro médico de ginecología de Londres demandando una labioplastia reductora. La media de edad fue de 23 años", se insiste en el trabajo. En dicho centro, la práctica clínica es la de intervenir a mujeres "a partir de los 18 años, cuya longitud de los labios sea mayor de 50 milímetros o con una marcada asimetría entre los superiores e inferiores de más de 30 mm".

"Para nosotros ha sido una sorpresa encontrar que las participantes tuvieran un tamaño normal de labios, pero lo más preocupantes fue ver la edad de alguna de las solicitantes, concretamente una niña de 11 años", reconoce Sarah Creighton, del Instituto de Salud de la Mujer de Londres y una de las autoras de la investigación.

El tamaño
Los datos revelan que todas poseían dimensiones normales, con una media de 26,9 mm del labio derecho y 24,8 mm; del izquierdo. Además, a tres de las participantes se les ofreció "la cirugía para hacer frente a una significativa asimetría de los labios. A 12 (40%) se les negó la intervención, aunque ellas reconocieron que seguirían solicitándola en otros centros médicos. Un total de 11 aceptó la recomendación de acudir a un psicólogo y una fue referida a los servicios de salud mental", comentan los investigadores británicos.

Otras conclusiones son las que hacen referencia a lo que las pacientes les gustaría lograr con la intervención. "La mayoría reconoció que deseaba mejorar la apariencia de los labios. Otros argumentos fueron: reducción de las molestias, aumentar la confianza en sí mismas y mejorar las relaciones sexuales". Bien planificada, "la intervención devuelve la confianza y la autoestima a las pacientes", apostilla el presidente de la AECEP.

La intervención, "cuyo precio oscila entre los 800 y los 2.500 euros dependiendo del tipo de intervención y del 'caché' del cirujano", según este experto, generalmente se realiza bajo anestesia local asociada a sedación, en régimen ambulante. El periodo de convalecencia, a adaptar a cada tipo de actividad laboral, suele ser breve, en torno a tres días, con revisiones más inmediatas a las 24 y 72 horas. El reinicio de relaciones es posible hacia las cuatro semanas.

Problemas éticos
Pese a que los propios investigadores británicos reconocen que dado que la "definición de un labio menor normal resulta problemática, el criterio para intervenir o no suele ser del cirujano. Por este motivo, y dado el aumento de estas intervenciones y la edad de algunas de las solicitantes, los resultados de este estudio plantean un dilema ético".

Para el vicepresidente de la SECPRE, "el desembarco de compañías comerciales que se mueven por intereses económicos y que 'operan por operar' es uno de los problemas para frenar las intervenciones estéticas que no son necesarias. Hay que moverse con principios éticos a la hora de aconsejar a las pacientes, algo que desafortunadamente se está perdiendo".

Muchas mujeres "estás solicitando la labioplastia con fines estéticos, lo que significa que el aumento de este tipo de intervención es potencialmente infinito, tal vez por ello se necesita de forma urgente la elaboración de protocolos, una responsabilidad que cae sobre los profesionales médicos y las sociedades", defienden los científicos británicos.

Para el doctor Chamosa se trata de una buena propuesta. "Creo que deben hacerse este tipo de protocolos, pero teniendo en cuenta en ellos muchas variables. Por ejemplo el tamaño de los labios dependerá también de la altura y peso de la paciente, por lo que no se pueden establecer longitudes cerradas".
Patricia Matey / Madrid
El Mundo.es
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/10/10/sexualidad/1318256017.html

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