Las paradisíacas arenas blancas, salpicadas por cocoteros que se levan al cielo como si quisieran besarle, han comenzando a teñirse. La imagen se desdibuja. Atrás quedan esos espacios de inmenso solaz donde la paz estaba garantizada y se valía, sobre todo, soñar con lo perfecto.
“Alerta por violencia en isla de vacaciones”, se leía en un titular de la portada del martes del periódico De Telegraaf, el de mayor importancia de Holanda, que advierte a sus ciudadanos que quienes visiten la República Dominicana deben “tener cuidado con las pandillas de ladrones, fuertemente armados, que han puesto a turistas occidentales en su mirilla”.
Hecha la advertencia, explica que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda ha dado el consejo a los viajeros basándose en el “empeoramiento significativo de la situación de seguridad”, ya que constató que los turistas que están fuera de los complejos vacacionales son, cada vez más, víctimas de robos. Se insta a tener mayor cuidado al viajar luego de la puesta del sol y en los trayectos interurbanos.
Para ilustrar la situación partieron de un asalto que le hicieron a una familia domínico-holandesa el 29 de mayo pasado, a las 5:30 de la mañana, en el kilómetro 59 de la Autopista Duarte. Los hechos, de tan dramáticos, alarmaron a las autoridades holandesas.
A casi un mes de esto, nadie dice nada. Cada vez escuchamos más gente que ha sido asaltada, agredida y lastimada. Nuestro paraíso se desintegra pero el Gobierno, para variar, calla a pesar de que los Estados Unidos también alertaron a sus ciudadanos acerca de la inseguridad local.
¿Será que el turismo no nos da igual?
Marién Aristy Capitán
Hoy / http://hoy.com.do/opiniones/2012/6/20/433450/Donde-quedo-nuestro-paraiso-tropical
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