Raúl Izaguirre, embajador USA en República Dominicana.
Aprovecho la ocasión para saludarle y, al mismo tiempo, agradecer los comentarios emitidos hoy por usted sobre mi persona a través de su columna “Fuera de Cámara”.
En dicha columna, publicada en el periódico Listín Diario, usted relata que durante mi visita a la Junta Central Electoral el domingo, 20 de mayo, el día de las elecciones presidenciales, yo felicité a la Junta, y que indiqué que las elecciones “...habían transcurrido en perfecto orden, sin irregularidades”.
Le comento que para mí fue un honor poder presenciar y participar como observador internacional en un proceso electoral como el que recientemente celebró el pueblo dominicano.
Tal y como lo he dicho en otras ocasiones, estas elecciones fueron una verdadera fiesta de la democracia. Una vez más, le reitero mi agradecimiento por sus palabras. Me despido con sentimientos de consideración y afecto.
Atentamente, Raúl Yzaguirre, embajador.
Esta misiva fue enviada en el día de ayer al embajador dominicano en España con asiento en el país para periodos electorales, César Medina. Queda claramente expuesto por parte del representante de Estados Unidos que el no reconoce los alegatos de represión policial y militar por parte del régimen. Que entiende que no se usaron los recursos del Estado a favor del candidato Oficialista y que las compras de cédulas solo existen en la imaginación de los otros. Esto lo deja por escrito el diplomático al afirmar que las elecciones fueron una "fiesta de la democracia".
La fiesta a la que alude el señor embajador fue solo para el grupo en el poder desde hace ocho años, retratados fielmente en los WikiLeaks de los informes de su propia embajada, de eso no tengo dudas, una fiesta para una minoría que le da el derecho de seguir bailando solos, por cuatro años más, por encima del sufrimiento de todo un pueblo.
John Goodman / Desde La República Dominicana
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