Apenas tres horas después de juramentarse, el presidente Medina decepcionó a quienes alentaban esperanzas de cambio con su llegada al poder, al anunciarse la composición del equipo gobernante. Con muy escasas excepciones, un gabinete integrado por funcionarios leales al líder de su organización, el ex presidente Fernández, responsables en gran medida la mayoría de ellos del desastre financiero y moral que le ha costado sortear. Funcionarios famosos por el enorme inventario de mentiras con las que le inyectaron al país durante ocho años la ilusoria idea de un paraíso de bienestar y progreso. Un paraíso virtual que la realidad ha mostrado en toda su crudeza. Un pequeño clan inamovible que su antecesor rotó en escasas ocasiones, dotándolos de una antigüedad que los ha hecho creerse dueños de pleno derecho de las posiciones que desempeñan.
Fue la primera señal de que el Presidente podría estar atado a compromisos partidarios y obligaciones con el líder de su partido, que condicionan su accionar y le obligan a moverse dentro de un estrecho círculo sin la libertad e independencia indispensable a un buen gobierno. Percepción que crece cada día en el imaginario popular y que el señor Fernández fortaleció la noche del martes con una insólita intervención radio televisada, con la presencia de toda la cúpula del oficialismo para mostrar quién es el jefe, lo que debió hacer sentir al Presidente en medio de una oscura soledad.
Un gabinete inexplicable ante el hecho de que en el PLD hay cientos de jóvenes y veteranos profesionales de todas las ramas del saber con solvencia moral, deseosos de una oportunidad por la que han esperado vanamente desde 1996. Dirigentes en capacidad de ayudar a Medina a enseñarle al país una oferta gubernamental desprovista del lastre que su gabinete ha puesto en su entorno. Gente con la que podría aclarar quién es el que manda.
Miguel Guerrero
La Columna de Miguel GuerreroelCaribe
http://www.elcaribe.com.do/2012/11/15/por-fin-quien-jefe
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