La falta de transparencia sirvió para esconder el déficit fiscal de 2012. Hoy sabemos que hay indicios de un tremendo fraude fiscal que la autoridad se niega investigar.
En el gobierno pasado funcionarios del área económica alegaron ignorancia sobre la magnitud del déficit y hoy, nuevos funcionarios guardan un silencio cómplice. Es un riesgo para la institucionalidad democrática que por razones políticas, por intereses económicos o simplemente por vanidad se guarde silencio frente a lo mal hecho.
En esas circunstancias la ciudadanía tiene que protegerse y ser activa en la búsqueda y el análisis de las informaciones. ¿Qué hubiera pasado si la ciudadanía hubiese tenido un acceso a la ejecución detallada del presupuesto en 2012?
Hay que reconocer que la disponibilidad de información pública ha mejorado. Basta con comparar la oferta de información económica de hoy con la de hace cinco año o décadas atrás, hay avances pero no es suficiente.
Las cada vez más desarrolladas tecnologías de información y comunicación hacen la información más accesible y el “benchmark” de la demanda de información crece. En adición hay una masa crítica de profesionales en la economía, cada vez más formados, que están en capacidad de convertir esa información en conocimiento.
Dos ejemplos pueden ilustrar los nuevos requerimientos de información. Uno más vinculado a la forma y otro al fondo. El primero, es la publicación de la Cámara de Cuentas sobre el año fiscal 2012, un documento interesante que debe ser estudiado pero elaborado en un formato electrónico que lo convierte en inmanejable para un equipo “normal de computadora”.
Pienso que habría dos razones para que un documento de carácter económico de apenas 650 páginas se presente en 50 megas: a) ignorancia de cómo hacerlo de una forma más amigable electrónicamente o b) mala fe, es decir, cumplir formalmente pero que sea difícil imprimirlo y trabajarlo por la cantidad de megas. Asumo que fue la primera y que la Cámara de Cuenta hará los arreglos técnicos necesarios para reducir la cantidad de megas y hacerlo amigable al usuario.
El segundo caso es la información sobre la ejecución del Presupuesto Nacional. Se acaba de publicar un documento “bonito” con muchas fotografías (que cargan innecesariamente el documento) que contiene información agregada sobre la ejecución enero-marzo.
Este informe está bien pero es general e insuficiente. Por ejemplo, no se puede dar seguimiento al cumplimiento del decreto de austeridad 499-12 que a nivel de cuenta (Gastos de Representación, servicios de comunicaciones, etc.) ¿Qué se requiere? Detalles.
El Gobierno debería poner electrónicamente información por capítulos, subcapítulos, programas, subprogramas, objetos, cuentas y subcuentas en un formato amigable (Excel o cualquier manejador de base de datos estándar) y comparable con años anteriores. Ojalá hagan lo que nunca se ha hecho.
Miguel Cera Hatton
Hoy Digital
http://www.hoy.com.do/opiniones/2013/5/16/480770/La-transparencia-e-informacion-economica
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