En los sectores económicos, entre economistas y funcionarios ligados al área, hay un gran optimismo por el publicitado crecimiento que tiene la economía nacional. Hecho que se alega ocurrió en los tres últimos años.
Hay discursos, ríos de informes financieros que se presentan, declaraciones ante la prensa y acciones específicas que se producen con el objetivo de demostrar que nuestra economía está fortaleciéndose cada día más.
A la hora de pasar a los hechos, cuando se presentan las demandas de aumento salarial, el pago de deudas atrasadas en instituciones del Estado, el cumplimiento con las asignaciones a los hospitales, la reparación y construcción de nuevos centros de salud, el asfaltado de calles y carreteras, la construcción de acueductos, el pago de sueldos atrasados al personal paramédico en determinados hospitales, entonces el crecimiento se hace secreto.
Las voces se callan y no hay quien ofrezca una explicación de por qué, si tenemos ese crecimiento económico no hay acciones coordinadas a la par con dicha bonanza para que los dominicanos cuenten con un mayor número de plazas de trabajo.
No hay forma de que ese crecimiento se traduzca en una reducción significativa del sector informal. No hay indicios de que la verdad de ese crecimiento económico incida en el crecimiento de otros renglones de la economía, como constantemente se anuncia. Un aumento general de salario sería el mejor argumento para que, efectivamente, el pueblo dominicano crea que ese crecimiento económico del país no es artificioso, que sí lo tenemos y es una realidad.
Editorial El Día
El Día
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