Josef Wesolowski.
Menos de dos años atrás, el 16 de septiembre de 2013, uno de los dominicanos que ha llevado más luz a aquellos que todavía creían en vírgenes preñadas por espíritus y en manzanas y serpientes, con mucho tino y sin ser adivino, predijo las opciones que tenía la Iglesia Católica para resolver el caso de Josef Wesolowski, ¡y no se equivocó! Nuestra admiración y respeto a Guido Riggio
Después de analizar las circunstancias y los antecedentes remotos y recientes de la historia delictiva de la Iglesia hemos llegado a la razonable conclusión de que la vida del pederasta nuncio Weselowski corre un grave peligro.
Sea por sus propias manos- en forma de suicidio real o suicidio inducido- o sea por causa de “muerte natural” – al estilo de Juan Pablo I- lo cierto es que la vida del sacerdote polaco se encuentra en grave peligro.
Las recientes declaraciones del vocero del Vaticano anunciando la decisión del papa de retirarle la inmunidad diplomática para ponerlo en manos de la justicia dominicana no deja de ser la clara señal que se le da nuncio para que “sacrifique su vida como Cristo” por su Iglesia, tomando el honroso camino del suicido, sea por “infarto” de cianuro o de la horca.
El Papa se encuentra en una encrucijada: o lo protege destruyendo su imagen de papa serio y renovador que pretende, o lo envía a Santo Domingo para que nuncio exponga los más execrables detalles de los crímenes que se producen dentro curia vaticana internacional y la criolla, en juicio público y contradictorio, en presencia de la prensa internacional.
En Santo Domingo se corre el riesgo de que el pederasta Wesolowski se destape y declare con lujo de detalles quiénes conforman la red clerical internacional de sus apandillados pederastas; decir con quienes otros curas compartía el harén de 48 monaguillos que le suministraba su compatriota y colega polaco de Juncalito. Quiénes comían de sus carnes en las giras a Polonia. Cuánto cobraban por brindar sus servicios.
Decir públicamente si agasajaba en sus residencias vacacionales a los monseñores polacos que lo visitaban con frecuencia brindándoles platillos de jovencillos dominicanos.
Contar los detalles de su escape y confesarle a la justicia dominicana quiénes se confabularon con él, quienes se convirtieron en cómplices y reos de la justicia por organizarle su salida y evadir la cárcel dominicana.
De lo que sí estamos razonablemente convencidos es que el nuncio jamás pisará estas tierras dominicanas, sea por causa de su muerte o por algún “artificio jurídico” donde no descartamos la posibilidad de que la justicia dominicana le tire la toalla al papa y declare que por tal o cual razón legal (Acuerdo de Viena) no va a pedir la extradición del pederasta.
El sentido común nos dice que los temas que aquí tratamos están siendo “negociados”. Se huele una gran actividad diplomática entre las autoridades dominicanas y vaticanas donde el Concordato Trujillista juega un rol importante, donde han de encontrar “la razón legal” que les impedirá a las autoridades locales hacerles justicia a estos niños dominicanos.
Se trata de la Iglesia, el único dinosaurio medieval que ha sobrevivido a “la peste de la modernidad, la razón y la ciencia que ha contaminado al hombre”.
El suicidio o la “muerte natural” del nuncio es la mejor salida que tiene el Papa, el Cardenal y su Iglesia. Aunque si sucede el papa quedará desacreditado.
Por lo que entiendo, el nuncio Wesolowski es un cadáver viviente. A menos que el Papa decida asumir el costo político y convertirse en cómplice, en criminal, prometiéndole y garantizándole juzgarlo en Roma y luego acogerlo en una “cárcel convento”.
Guido Riggio
Acento
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